‘Sostener el cielo’: Cixin Liu nos habla desde el futuro
La ciencia ficción china, que comenzó, quizás, como una excentricidad dentro de las apretadas listas de lectura de los amantes de la ciencia ficción, y se ha convertido en una fuente fresca y diversa para el género, tiene un autor por bandera: Cixin Liu.
El escritor que impresionó al mundo con la trilogía de los Tres Cuerpos ha visto editada en España gran parte de su obra a través de Nova, el conocido sello de ciencia ficción que lleva desde los noventa editando a los mejores autores del género. Debo reconocer que la trilogía de los Tres Cuerpos se me atascó un poco en el gaznate: ideas buenas, pero demasiado deslavazadas; una prosa tirando a terrible—aunque probablemente se pierda mucho en la traducción del chino al castellano—y, en general, un plantel de personajes poco atractivo. Reconozco su importancia dentro del género, sobre todo como eje transformador y como apoyo para virar hacia una ciencia ficción menos obsesionada con el anglosajón y con la exploración espacial rancia de la época de la Guerra Fría, pero nada más. No me sedujo.
Claro que eso cambió con la publicación en castellano de La Tierra Errante. Aprovechando el estreno de la película en Netflix del mismo nombre nos llegó una recopilación de cuentos del autor que resultaba en un compendio de pequeñas joyas maestras del género, al estilo de aquellas antologías que sentaron las bases de una generación de autores y lectores, firmadas por Matheson, Asimov o Bradbury. La Tierra Errante estaba repleto de imaginación, de ideas arriesgadas, de pinceladas de ciencia mezclada con ciencia ficción hard puesta al servicio de unas lecturas a un tiempo sociales, científicas y llenas de aventura.
Tras esto, un par de novelas más que resultaron, del mismo modo, más interesantes que la trilogía que le dio fama, y finalmente la obra que nos ocupa: Sostener el cielo. Una nueva recopilación de cuentos, editada una vez más por Nova, y que demuestran que La Tierra Errante no fue casualidad: Cixin Liu es un gran autor de cuento.
Si se me permite lanzar una declaración, la ciencia ficción es fuerte en el cuento. Es más fuerte, de hecho. Es su ámbito natural, el lugar donde se hizo grande y donde mejor pueden explorarse sus posibilidades. Claro que no hago ascos a las grandes novelas, las space opera, pero como amante del cuento, no puedo evitar decantarme siempre por una buena historia corta. Y en esto los clásicos del género han sido al mismo tiempo pioneros y maestros. La ciencia ficción china llegó, como ya dije, a través de la novela, pero también gracias a la labor de Ken Liu, autor americano de ascendencia china, que se ha encargado de traducir y promocionar autores chinos. Sostener el cielo es una buena muestra de la variedad temática de la ciencia ficción que nos llega desde ese punto concreto de Asia.
Una recopilación de casi cuatrocientas páginas y once cuentos que abrazan el lado más científico de la ciencia ficción—no por nada su autor es, también, ingeniero en una central eléctrica—, y el conflicto que se genera entre los inabarcable del cosmos y la mortalidad del ser humano. Sobre eso trata, precisamente, el primer cuento de todos, El maestro de la aldea, una historia tremendamente humana que llega realmente al corazón. Y es que Sostener el cielo comienza sin tregua: cuatro cuentos que son como cuatro balas: incontestables, certeros. De esta primera tanda, mis favoritos son el citado El maestro de la aldea, donde un profesor que se muere en una aldea de las montañas tiene la llave para evitar un desastre de niveles astronómicos; y Migración en el tiempo, donde parte de la población de China se congela y va descongelándose con el paso de miles de años hasta encontrar un buen momento en que asentarse, experimentando por el camino todos los cambios a que se ha sometido la humanidad.
Pasada esta primera tanda nos encontramos con un pequeño bache, Fuego en la tierra, un cuento cuyo final resulta sorprendente e interesante, pero cuyo desarrollo es excesivamente largo y tedioso y lo convierten en un cuento irregular y poco disfrutable. Contracción me reafirma en mis opiniones sobre libro y autor: Cixin Liu se mueve de fábula en las distancias cortas: pocos personajes, quizás un escenario o dos, imaginación rebosante y ya está. No hace falta más. En Contracción asistimos al fenómeno de contracción del universo, justo lo contrario a la expansión que estamos viviendo, y cómo eso afecta a la humanidad. Para contarnos esto—y las complicadas explicaciones sobre física cuántica que Liu logra hacer tan amenas—nos coloca en un momento muy concreto y deja que sus personajes hablen. Y aquí, precisamente, donde más destaca el autor: dejando que sus personajes hablen, componiendo unos diálogos muy bien escritos y amenos.
Desde aquí, el autor nos da una de cal y otra de arena. En sus cuentos más largos es donde más problemas encuentro y donde la lectura se vuelve más tediosa, con la excepción de Perturbaciones de barrera en todas las frecuencias. Este es uno de mis favoritos de esta segunda mitad del libro, junto con Himno de la alegría.
En general Sostener el cielo es, quizás, algo menos redondo que el citado La tierra errante, aunque sigue siendo una obra muy destacable. Los cuentos que componen el libro suelen acertar en ser interesantes y tremendamente originales, con algunas premisas que no he leído en ninguna otra parte, y siempre con esas ganas de traer la vanguardia de la ciencia a la ciencia ficción, alejándose de algunos estándares clásicos que la alejaban de sus cimientos y la transportaban a las tierras de la fantasía. Cixin Liu se demuestra como un amante del género, y sus escritos hablan por sí solos. Sostener el cielo es una recopilación arriesgada, llena de originalidad, de momentos que se graban en la retina del lector, y una fuente casi inagotable que podría dar series y películas a mansalva. Sinceramente me da igual si el autor escribe más novelas: con dos recopilaciones ha demostrado que en el cuento es donde realmente brilla, y tras La tierra errante y Sostener el cielo no puedo esperar a que nos lleguen más de sus obras pequeñas.
La edición es sencilla y elegante, con ilustración de la cubierta de Chris Shamwana, adaptación de la edición original, y traducción de Javier Altayó. Galeradas revisadas por Gisela Baños y Antonio Torrubia. Cixin Liu es autor de la trilogía de los Tres Cuerpos—El problema de los tres cuerpos, El bosque oscuro, El fin de la muerte—, la antología La tierra errante y las novelas La esfera luminosa y La era de la supernova, todas editadas en castellano por Nova.