‘Cyberpunk 2077’ y el (des)encanto de la ciencia ficción
A estas alturas, el caso Cyberpunk 2077 ya ha tenido tiempo de doler, divertir y convertirse en una molestia para los asiduos jugadores que mirábamos esperanzados a un videojuego que, ay, quizás nunca exista. Los amantes de la ciencia ficción lo hemos tenido especialmente difícil, por eso creo que es un buen ejercicio poner los pies sobre la tierra y acordarse de unos cuantos videojuegos enmarcados en la misma temática, el género de la exploración tecnológica, y que pueden disfrutarse en las mismas plataformas que la obra de CD Projekt RED.
Y como de ciberpunk va la cosa, ese género encumbrado en la literatura por obras como Neuromante (William Gibson, 1984) o Snow Crash (Neal Stephenson, 1992), la mejor manera de quitarse la espina de un mundo lleno de implantes cibernéticos, exploración, acción y sigilo y varios caminos para llegar a un mismo punto, es Deus Ex Mankind Divided. Lanzado en 2016 como última parte —hasta la fecha— de la saga Deus Ex, y desarrollado por Eidos Montrèal, las aventuras del agente Jensen dan todo lo que esperábamos encontrar en Cyberpunk 2077: mucha exploración, sigilo, acción, aumentos corporales que pueden utilizarse para abrir diversos caminos en la narrativa del juego y un mundo propio y original que bebe de las fuentes literarias citadas.
Deus Ex Mankind Divided es la mejor alternativa a Cyberpunk 2077.
En su concepción, Deus Ex Mankind Divided es absolutamente perfecto, claro que en su ejecución se queda un poco atrasado con las posibilidades que conocemos ahora en cuanto a consolas. Gráficamente era puntero en su momento, y aunque ha envejecido con dignidad, su sistema de combate es algo tosco. Resulta mucho más satisfactorio utilizar los cientos de atajos, conductos de ventilación y distracciones de las que nos podemos valer para resolver la sección que enfrentarnos cara a cara con el enemigo. Su mundo no es demasiado grande, pero es bastante rico, estando lleno de recovecos que descubrir. Y aunque su guion no es que nos haga echar humo por las orejas, tiene algo que, definitivamente, le pedíamos al malogrado juego de CD Projekt RED y no nos ha dado: que los aumentos corporales sirvan para algo. En Deus Ex Mankind Divided todo será muy diferente si desbloqueamos la respiración antitoxinas o no; si decidimos invertir en mejorar nuestra fuerza, la invisibilidad, o la capacidad de analizar las reacciones de la gente durante los interrogatorios. Las modificaciones corporales tienen un impacto real en cómo jugamos, y eso ayuda a crearnos una narrativa propia, algo que todo juego de rol debería potenciar. Sin lugar a dudas, me atrevo a decir que Deus Ex Mankind Divided es la mejor alternativa a Cyberpunk 2077.
Claro que no todo es rol y acción; a veces gustamos de la calma de un buen diálogo, de la atmósfera que se crea al explorar un escenario misterioso. De esto sabe mucho Bloober Team, creadores del reciente éxito The Medium, que también han hecho sus pinitos en el mundo ciberpunk con Observer, recientemente lanzado en PS5 y Xbox Series S/X como Observer System Redux. Con una historia que se deja inspirar por Blade Runner —una comparativa que no es baladí; de hecho, la voz de nuestro protagonista está interpretada por nada menos que Rutger Hauer, el mítico antagonista de la cinta de Ridley Scott— y que no esconde una pátina terrorífica —de hecho, le sienta muy bien—, esta aventura ha volado un poco bajo el radar por salir unas pocas semanas antes que el citado y por ser una versión next gen para consolas que todavía cuesta encontrar disponibles. Un remozado gráfico, algunos cambios de sonido y una actualización de su sistema de iluminación, este Observer System Redux es una versión 2.0 de lo que pudimos jugar hace unos años: una historia íntima que se desarrolla en un bloque de apartamentos, pero también en el interior de las cabezas de los pobres diablos que se pudren en un piso de apenas quince metros cuadrados, conectados perpetuamente a las pantallas.
Observer es uno de los mejores exponentes que ha dado el género ciberpunk en cualquier medio.
Pero ni siquiera el policía al que interpretamos en Observer —que se adentra en un infierno digital en busca de su hijo— escapa a lo más tenebroso del futuro: la adicción a las pastillas que mantienen a raya la paranoia que ocasiona la tecnología; la alienación a medida que nos adentramos en los cerebros de las víctimas para explorar sus recuerdos —y sus obsesiones oníricas— en busca de la verdad. Las mecánicas de este juego recuerdan a los anteriores títulos de Bloober Team: una aventura que se toma su tiempo para introducir al jugador en su mundo, apresarlo y obligarle a llegar al final de un pasillo oscuro y lleno de voces que claman ayuda. Quizás uno de los mejores exponentes que ha dado el género ciberpunk en cualquier medio.
Alejándonos un poco de la tendencia, pero sin perder de vista la ciencia ficción, hemos tenido la oportunidad de jugar una obra que incluye viajes en el tiempo, conspiraciones, guerras interdimensionales y robots gigantes. ¿Demasiado que asimilar? Pues además su narrativa se permite el virtuosismo de desordenar el rompecabezas y ofrecernos la oportunidad de decidir cómo vivir la trama. Hablo de lo último de Atlus y Vanillaware: 13 Sentinels: Aegis Rim, uno de esos videojuegos que podría haber pasado desapercibido en nuestro país pero que, gracias al boca a boca y a una magnífica localización al español, se está abriendo paso en las pantallas de los jugadores. Es una mezcla entre novela visual y juego de estrategia en que controlaremos a trece personajes, varias épocas —desde la Segunda Guerra Mundial hasta el distante siglo XXII—, amnesia, crímenes, una invasión que destruirá el mundo y la posibilidad de viajar en el tiempo y evitar que ocurra.
13 Sentinels: Aegis Rim te arrolla con su propuesta.
13 Sentinels: Aegis Rim es uno de esos títulos con los que el jugador debe hacer un pacto —si es que quiere disfrutar—: dejarse arrollar por su propuesta. Es la única manera de extraer todo lo que este rompecabezas tiene para ofrecer. La historia se encuentra fraccionada e interrelacionada hasta la obsesión, de tal manera que deberemos explorar las diversas posibilidades que ofrecen todos los personajes para comprender la trama general; combinar decisiones, saltar de un escenario a otro, atar los cabos sueltos que nos dejemos y luchar sin piedad en cuantas batallas podamos para conseguir los preciados archivos secretos que complementan lo vivido. Su propuesta gráfica —un 2D de estilo manga— resulta estimulante; sus batallas son, dentro de la sencillez que presentan, un ejemplo destacado de la combinación entre rol por turnos y estrategia, pero lo mejor es su originalidad. No teme echar mano de todos los clichés del género de ciencia ficción, pero haciendo cabriolas; escondiendo a simple vista lo que podría resultar una historia clásica. Crea unos personajes verdaderamente emblemáticos, y la forma de ‘obligarnos’ a vivir la historia desde todos los puntos de vista impacta directamente en la concepción pre-establecida del medio. La interacción, esa piedra angular tan importante y, en ocasiones, tan invisible para el jugador. Introducir todo esto en una coctelera que dé como resultado un acabado de la talla de 13 Sentinels: Aegis Rim no era sencillo, pero ha merecido la pena. Dentro de los videojuegos de ciencia ficción, nos encontramos ante un referente que se merece un capítulo propio.
Y siguiendo con el estilo manga —aunque esta vez más occidentalizado— recientemente también se ha lanzado Haven, lo más nuevo de The Game Bakers, conocidos por Furi. Con un diseño gráfico similar, pero decididamente más ambicioso, nos encontramos un clásico de la ciencia ficción donde los haya: una nave varada, una pareja huida, un planeta inexplorado. Los ecos de Poul Anderson, Frederik Pohl o el mismísimo Isaac Asimov se encuentran desperdigados a lo largo de esta aventura. Combinando la exploración con la supervivencia y unos tímidos elementos de gestión, Haven es, ante todo, una historia de amor: la lucha de dos enamorados por encontrar su rincón en el universo, ser respetados y aceptados y permanecer unidos. Con sus botas antigravedad, que sirven para explorar a toda velocidad los escenarios y recoger los elementos necesarios para mantener el hábitat funcionando, la jugabilidad puede pasar de lo trepidante a lo pausado en tan solo un segundo.
El género que nació con Frankenstein ha encontrado en el videojuego su medio soñado para explorar sus posibilidades
Su historia echa mano de los tópicos de la ciencia ficción de la edad de oro —de hecho, podría ser un cuento publicado en la clásica Asimov’s Science Fiction Magazine—, pero también se vuelve excesivamente empalagosa y un tanto naíf en su representación de la pareja clásica, absolutamente enamorados, dos contra el mundo, etcétera, etcétera. Poco estimulante en su trama, pero no así en su vertiente jugable, que, de simple, termina por enganchar al jugador. Lo mejor es que Haven demuestra que The Game Bakers está creciendo como estudio, atreviéndose a mostrar cosas nuevas, a explorar caminos diversos, y se agradece. Furi me pareció un buen juego de acción, Haven ha ido un paso más allá y su acabado le ha hecho subir un escalón. Lo próximo apunta a las estrellas.
De algún modo, el género que nació con Frankenstein ha encontrado en el videojuego su medio soñado para explorar sus posibilidades. Claro, la literatura y el cine han hecho su labor de forma encomiable —incluso el teatro; no olvidemos RUR, la obra de Karel y Josef Capek estrenada en 1921 y que introducía por primera vez la palabra robot—, pero en el videojuego, opino, es donde el género puede expandirse sin estar constreñido a razones presupuestarias, tecnológicas o meramente imaginativas.
Son muchos los ejemplos de grandes títulos que me vienen a la cabeza, clásicos y modernos. Solo en los últimos meses hemos tenido propuestas como Watch Dogs Legion, Assassin’s Creed Valhalla —no olvidemos que esta saga es pura ciencia ficción—, Star Wars Squadrons —que aunque la saga de Lucas sea más bien fantasía, su vertiente de simulador espacial es innegablemente ciencia ficción)—, Death Stranding, Detroit Become Human, Journey to the Savage Planet… y todos los ejemplos de magníficas sagas en desarrollo o terminadas: Fallout, Elite Dangerous, Doom, Prey, Nier, y un etcétera tan inabarcable que aburriría al lector. La ciencia ficción es un género en alza en el videojuego, y Cyberpunk 2077 ha sido una aproximación más, pero en poco tiempo nos vamos a encontrar de bruces con el retorno de Mass Effect en su Legendary Edition, la trilogía que supuso un hito en el space opera en el medio.
No debemos olvidar, por tanto, tantos juegos que han visto la luz recientemente y han sido algo eclipsados, ni, por supuesto, los que están por venir. Gracias a este hermoso medio seremos capaces de ver más allá de la oscuridad en la puerta de Tannhäuser y nos convertiremos en lágrimas en la lluvia.