Commodore, una historia por contar
Recuerdo aquel día con mucho cariño. Me encontraba disfrutando de uno de los eventos de informática clásica más importante para los commodorianos, el Explora Commodore en Barcelona, cuando de repente se me acercó un chico al que entonces no conocía de nada y me dijo: «Hola, me llamo Jonatan y estoy escribiendo un libro sobre Commodore». Esas palabras me sorprendieron a la vez que me ilusionaron. Presentía que algo grande estaba por llegar y no me equivoqué.
Tiempo después de aquel primer encuentro, nuevamente Jonatan me maravillaba con estas páginas. Mientras todos seguíamos disfrutando de nuestros equipos, él había reunido de una forma muy inteligente el pasado y la historia de aquellos ordenadores que marcaron a toda una generación. Ciertamente, muchas veces me había preguntado si alguien se animaría a crear una obra de estas características. Y la verdad es que la respuesta supera con creces a la pregunta.
Las historias de las grandes empresas no están aisladas de la sociedad, no es ningún secreto. Pero cuando queremos conocer la evolución que las acompaña nos dejamos por el camino aspectos como la cultura, el cine, la televisión, los libros, la sociedad, en definitiva el entorno social en el que se mueve. Trazos que ayudan a comprender las decisiones tanto de las empresas como la de los consumidores, que al fin y al cabo son los que en última instancia harán que estas sigan existiendo o desaparezcan. Aunque no siempre se cumplen estas premisas. Hay factores que quedan fuera de nuestro alcance pero si nos explican y nos enseñan la visión global del momento, seguramente podamos entender mejor ese proceso. ¡Commodore no es una excepción a todo esto!
Somos muchos los que fuimos usuarios de los equipos de Commodore. Todavía algunos de nosotros (y cada día más) nos resistimos a abandonarlos. Para ello hemos creado comunidades, eventos, reuniones, ferias, blogs, foros, canales, etc. donde poder seguir no solo recuperando estos ordenadores, sino también creando nuevos desarrollos con los que continuar disfrutando de los mismos. Pero eso sí, de forma más cómoda con la tecnología actual. Sin embargo, conocer el proceso en el que todo se fraguó siempre ha estado algo oculto, sobre todo si nuestro idioma principal no es el inglés. Así pues, obras como esta son una gran ventana al pasado para conocer la historia de forma concisa junto con un montón de curiosidades poco conocidas. Desde luego que es abrumadora la cantidad de información que se ha recogido, algo que particularmente me ha llegado a sorprender muy gratamente, pero a pesar de todo, lo que he encontrado no ha sido una historia de Commodore. Lo que he visto es una historia de una parte muy importante del mundo de la informática englobada dentro de la sociedad culturalmente, en la que una compañía se enfrentaba a su propia odisea e intentaba sobrevivir a la dura competencia desarrollando durante ese tiempo algunos de los equipos informáticos considerados hoy en día como verdaderas leyendas: ordenadores como el Commodore Pet, el Commodore Vic20, el Commodore 64, el Commodore 128 o el Amiga 1000 por nombrar algunos de ellos y considerados de los más relevantes en los que trabajó Commodore entre los años 1977 a 1985, donde la influencia de su tecnología cautivaría a sus usuarios en aquel pasado y actualmente también en nuestro presente.
Sin embargo, no todo fueron éxitos, de haberlo sido hoy en día a lo mejor Commodore seguiría existiendo. Pero hay lastres y decisiones que no siempre fueron las mejores. Que nos las pongan delante y las juzguemos nosotros mismos es la mejor manera de hacer un ejercicio evolutivo.
Es más, que podamos encontrar nombres tan relevantes de la informática como Jack Tramiel, Bill Gates, Nolan Bushnell, Clive Sinclair o Steve Jobs juntos en un mismo texto y a la vez supuestamente tan alejados entre ellos, pero sin embargo relacionados de forma muy directa, sorprenderá a más de uno. Por supuesto otros grandes referentes de aquellos tiempos como Irvin Gould, Chuck Peddle, Michael Tomczyk, Jay Miner o incluso el actor William Shatner, ayudaron cada uno desde su campo a hacer de Commodore la compañía que fue y cuyo legado ha llegado hasta nuestro días.
De todo lo escrito en este libro solo espero una cosa: las historias son para terminarlas y esta no ha terminado, todavía quedan muchos años por contar. Así que estoy seguro que aquel joven que me sorprendió en un evento de retroinformática lo hará. Pues fue capaz de superar adversidades, como perder gran parte de este trabajo mientras lo realizaba, rehacerse y retomar de nuevo la pasión para crearlo todavía mejor si cabe. ¡Un esfuerzo que ha valido la pena! Gracias por todo ello. Gracias Jonatan y gracias también a José Luis por vuestra labor para crear esta obra reivindicativa sobre la gran e histórica compañía que fue Commodore y la odisea de su historia.
*Prólogo extraído del libro Commodore Odyssey: 1977 – 1985, disponible en tiendas y en heroesdepapel.es*