Veraneando en Tamriel: ‘The Elder Scroll Online High Isle’

29 julio, 2022Francisco Rubio

Una de las mejores cosas que tienen los juegos masivos online es volver a ellos tras una temporada en dique seco. El ritmo de lanzamientos aumenta exponencialmente a medida que el videojuego se erige como la principal forma de entretenimiento a nivel mundial, y los juegos masivos online, o MMO, tienen la virtud de actualizarse de forma constante. De esta forma, volver a una de esas obras años después es como encontrarse, de repente, con un videojuego completamente nuevo.

En su día le metí muchas horas a The Elder Scrolls Online. La saga de fantasía épica de Bethesda, padres de la también exitosa saga Fallout, se lanzaban de esta manera a la transformación de su rico lore en un juego que puede disfrutarse online. Estábamos en 2014 y el lanzamiento llegó con los modelos clásicos de este tipo de juegos: suscripción mensual, pago por el juego, pago por los DLC, y la hegemonía de la lengua de Shakespeare como muro infranqueable para una amplia comunidad de jugadores. Con todo, recuerdo que mi experiencia fue bastante buena. Pero claro, no tenía ni el tiempo ni el dinero para dedicarle a The Elder Scrolls Online todo lo que me demandaba.

Pero, después de mucha espera, este verano he vuelto a Tamriel con motivo del lanzamiento del DLC High Isle a ver qué me encontraba.

El modelo de The Elder Scrolls Online ha cambiado considerablemente. Se ha convertido en un free to play que solo precisa la compra del juego base y los DLC para que podamos acceder a su contenido. Claro que hay micropagos en su interfaz, muchos referentes a cuestiones estéticas o de construcción, muy similar a lo que nos encontramos en Fallout 76, al que reconozco que le he dedicado una cantidad de horas obscena. Ahora gracias a la expansión High Isle me he encontrado con jugosas novedades que elevan el juego a un podio difícil de conquistar: el de los MMO exitosos.

The Elder Scrolls Online llega, por primera vez, totalmente traducido al castellano. Esta es la primera novedad y, si me apuran, la más importante. Bethesda nos tenía acostumbrados a unos estándares de producción a los que es difícil renunciar, y la comunidad hispanohablante, que no es poca en el mundo, venía demandando desde hacía bastante la inclusión de la lengua de Cervantes. Como ya se demostró con el anteriormente citada juego online de la saga Fallout, Bethesda ha demostrado que escucha a su comunidad y nos ofrece una traducción total de menús y textos del juego, si bien no de las voces, lo que no es de extrañar dado la cantidad de contenido. De paso, el juego se adapta a las consolas de nueva generación con mejoras técnicas. He jugado con un personaje totalmente nuevo —nigromante, para más señas— en una PlayStation 5, y el resultado técnico es apabullante. Los tiempos de espera para encontrar servidor son prácticamente nulos, y los tiempos de carga in game por completo inexistentes. La fluidez con la que un juego tan grande se mueve y la calidad gráfica que demuestra, unido a un diseño artístico de los escenarios que he podido visitar, convierten a The Elder Scrolls Online en una pequeña maravilla.

High Isle nos lleva al archipiélago de Systres, una zona completamente nueva con una extensión muy considerable, cuyo diseño artístico recuerda a una sana combinación entre El señor de los anillos y la saga Dragonlance, donde el jugador se verá inmerso en una saga política más cercana a Canción de hielo y fuego. Las misiones secundarias y principales se dan la mano en un gameplay que varía poco en la fórmula: la progresión del personaje funciona como una mezcla de lo visto en Skyrim y en Oblivion, y aunque el diseño de la interfaz recuerda mucho a la quinta entrega de la saga, creo que es en la cuarta y su sistema de progresión donde más se mira The Elder Scrolls Online, abrazando, en mi opinión, un estilo de juego de rol más clásicos. Más apegado, también, a lo que los fans de los MMO están acostumbrados. Un action rpg que tiene mucho de táctico, donde las habilidades de nuestro personaje serán clave para salir victoriosos de muchas situaciones en que nos veremos ampliamente superados por los enemigos.

El sistema de misiones funciona muy parecido a Skyrim, una fórmula que Bethesda ha ido refinando con cada título que ha desarrollado, y de la que se debería tocar poco a estas alturas. Ya se sabe, si algo funciona… La cantidad de tareas que realizar es amplia, variada e incluso superlativa, aunque huye del temido «modelo Ubisoft»: el mapa no es un caleidoscopio de iconos, ni mucho menos. Lo cierto es que las misiones secundarias en este High Isle se presentan de forma muy orgánica a medida que nos adentramos en la historia principal; a medida que descubrimos localizaciones a las que deberemos ir por cuestiones de trama, y al mismo tiempo que cerramos y abrimos historias propias de los NPC. En este sentido, la forma orgánica de introducirnos nuevas labores que realizar, Bethesda demuestra tener muy en cuenta el éxito alcanzado con las mejores entregas de sus sagas principales, pero también tener muy en cuenta lo que las mejores sagas de rol hacen para llegar a sus jugadores. Y en este caso en concreto, el de las misiones secundarias, estoy pensando en The Witcher. Recorrer el archipiélago es una delicia; hacerlo en una consola o PC potente y disfrutar de la fluidez con que el juego se presenta, la belleza de un diseño artístico muy bien elegido y ejecutado, y el bagaje de llevar años perfeccionando la fórmula y el funcionamiento, hacen que The Elder Scrolls Online se beneficie de un nivel de pulido muy alto. El juego es orgánico, se mueve con elegancia, se nota el trabajo que hay detrás.

Entre las varias novedades se presenta un nuevo minijuego de cartas que intentará igualar a los grandes en la materia, y donde, si se me permite, en mi universo reina con mano de hierro Gwent; que resulta divertido y puede llegar a ser bastante refrescante. Además de los modos de desafío ya existentes se incluye el novedoso Dreadsail Reef para un total de doce jugadores.

Aparte de lo ya referido, la base del juego y los DLC, que se pueden ir adquiriendo por separado o en conjunto, añaden a High Isle una cantidad de contenido muy considerable. Antes de empezar a jugar leí en varios medios que el total de misiones podía aportar unas treinta horas de juego, pero ya llevo unas veinte y no he terminado por completo la región, por lo que supongo que los completistas y los que os detengáis a leer todos los libros que vayáis encontrando podéis emplear bastantes más.

Me parece muy importante recalcar el ritmo del que hace gala este juego. Los juegos online se van refinando y las capacidades técnicas de las nuevas consolas y tarjetas gráficas lo van poniendo cada vez más fácil, pero es que Bethesda ha sabido sacarle mucho partido a un gameplay basado en la exploración y un combate basado en la acción. La combinación de ambas hace que el escenario esté repleto de cosas que suceden al mismo tiempo; que la exploración tanto de interiores como de exteriores sea orgánica y no tengamos la sensación de ser un recadero o de que la misión siempre se encuentre, invariablemente, al otro lado del mapa. Y a esto ayuda mucho que, una vez completada la misión, al tener que volver a informar al personaje que nos la dio este no suele encontrarse en el mismo lugar en que lo vimos por primera vez. El mundo no es un escenario estático, se siente vivo, y esto es especialmente difícil de conseguir en un MMO, donde la visión de los desarrolladores puede verse terriblemente lastrada por las capacidades técnicas de los equipos. Sabiendo esto, Bethesda ha sabido responder y ofrecer un estilo de juego muy equilibrado, que, al menos en mi caso en la nueva máquina de Sony, da como resultado una experiencia muy sólida.

The Elder Scrolls Online es, junto con Fallout 76, GTA Online y, ocasionalmente, Final Fantasy XIV, de los pocos MMO que juego. Aunque debo añadir que, sin duda, este es el que mejor se desempeña técnicamente, el más agradecido de jugar y el que más contenido narrativo añade. La trama detrás de me ha enganchado genuinamente, su sistema de combate me resulta accesible y frenético y las posibilidades de evolución de mi personaje me han permitido adaptar el modo de juego a mis deseos. Además, la nueva traducción a un castellano muy neutro y bien resuelto, hacen que High Isle sea una magnífica puerta de entrada a este mundo de fantasía

Ha llegado el verano, nos asolan las olas de calor y uno sueña con pasar las horas en una hermosa isla, alejado del ruido y abrazando la calma. High Isle es, sin duda, preciosa. Un paraíso terrenal. Pero no hay calma: tres estandartes, una sociedad secreta dispuesta a acabar con ellos, una isla en precario equilibrio sobre una tregua a punto de romperse y una trama de engaños y traiciones que sirve para hacernos el verano más llevadero. Uno de los grandes lanzamientos del año.

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