‘Scott Pilgrim vs. The World: The Game’ – Calles de fuego pixelado
Cuando, en el ya lejano año 2010, Ubisoft anunció la traslación al videojuego del maravilloso cómic Scott Pilgrim vs. The World de Brian Lee O’Malley, las hordas de fans del mismo (entre los que orgullosamente me incluyo) aullamos de puro gozo. Y es que todo lo que se anunciaba, todo lo que llegaba a nuestros ojos y oídos acerca de este nuevo título era pura delicia: para empezar, como no podía ser de otra manera, un juego basado en las peripecias de Scott Pilgrim y su lucha contra los ex malvados de Ramona Flowers debía llegar con ese aroma a juego retro que destila la obra original. ¿Qué mejor, en ese caso, que darle forma de beat’em up? Por si esto fuera poco, el apartado gráfico y artístico del juego correría a cargo del Dios del pixelart Paul Robertson (si no conocéis su obra, ya estáis tardando en googlear su nombre), y la BSO llegaría de la mano de la banda neoyorkina chiptune Anamanaguchi. ¿Qué podía salir mal?
Efectivamente: NADA. Scott Pilgrim vs. The World: The Game se convirtió de forma casi instantánea en un videojuego de culto, que encandiló tanto a los retrogamers ávidos de nuevas experiencias pixeladas como a los amantes del mítico cómic de Lee O’Malley. El juego, lanzado originalmente en Xbox 360 y PS3, recibió algunos necesarios DLC que aportaban nuevos modos, como el multijugador online, así como nuevos personajes con los que curtir el lomo de los muchos y variados enemigos que pueblan sus calles. Una obra llena de amor al jugador y a la referencia original que cumplía lo que prometía: diversión desenfrenada y frikerío a punta de pala, en definitiva. Esta bella historia que os narro se acabó truncando por culpa de la parte más oscura de la industria del videojuego: en el año 2014, Ubisoft retiraba el juego sin previo aviso de las tiendas digitales por problemas de licencia. Teniendo en cuenta que el título nunca obtuvo un lanzamiento en soporte físico, la decisión de la compañía de borrar el juego del mapa dejó al mundillo gamer huérfano de Scott Pilgrim.
Los años pasaron, y Scott Pilgrim vs. The World: The Game parecía relegado al ostracismo. Eran (éramos) muchos los que reivindicaban que el juego volviese de una forma u otra… y contra todo pronóstico, Ubisoft acabó escuchando nuestras plegarias. Para celebrar el décimo aniversario del lanzamiento del título original, la compañía gala anunciaba el relanzamiento del título en consolas y PC bajo el subtítulo “Complete Edition”, es decir, acompañado de todos los DLC que se añadieron en 2010 más algunas novedades llevadas a cabo para la ocasión.
Scott Pilgrim vs. The World: The Game – Complete Edition toma como referencia la historia del cómic original (pasando de puntillas por su argumento) para plantear al jugador la siguiente premisa: abrirse paso a base de guantazos a través de sus mapeados con el fin de derrotar a los siete exnovios malvados de Ramona Flowers. Esto se traduce en un beat’em up de vieja escuela, que bajo un aspecto visual desenfadado y colorido se esconde una curva de dificultad elevadamente puñetera. Y es que Ubisoft lo tuvo claro a la hora de balancear su juego para darle una mayor vida útil: en este juego vas a morir muchas, muchas veces. Los muchos y variados enemigos te harán sudar en no pocas ocasiones, y las propias trampas del escenario te mantendrán alerta en todo momento. Cabe decir que, al menos en mi caso, la dificultad del título de Ubisoft más que frustrar estimula a volver a las calles e intentar superarnos nivel a nivel. En este aspecto juegan un papel fundamental los enemigos, divertidísimos por su variedad y mala uva, y los detallistas y trabajados escenarios, una auténtica delicia de pixelart que esconden más de una forma de hacerte morder el polvo. Mención aparte merecen los final bosses, estos son, los siete exnovios malvados, que brindan al jugador combates tan hilarantes como intrépidos, concebidos en un alarde de originalidad y buen gusto para quitarse el sombrero.
Los constantes guiños tanto al cómic original como al mundo de los videojuegos retro forman parte esencial de la propia mecánica del juego: desde los ataques especiales a disposición del jugador que consumen una barra de energía especial (que también se puede usar para darnos una oportunidad extra) hasta las muchas tiendas esparcidas por el escenario, en las que canjear las monedas que vamos recogiendo por ítems con los que mejorar nuestras características como luchadores o aprender nuevos movimientos.
¿Qué tal le han sentado los años al bueno de Scott Pilgrim? Lo cierto es que ponerse a los mandos de cualquiera de los siete personajes seleccionables (Scott, Ramona Flowers, Kim Pine, Stephen Stills, Knives Chau, Wallace Wells y uno más secreto) sigue siendo una auténtica delicia para los fans del beat’em up clásico. Las animaciones, la banda sonora, el humor que impregna cada instante de la aventura… Scott Pilgrim vs. The World: The Game – Complete Edition es un título fresco y desafiante, divertido para un jugador y una auténtica fiesta para disfrutar con amigos, tanto en su modo local como online. Si en su momento te quedaste con las ganas de echarle el guante, no lo dudes. ¡Por cierto! La buena gente de Limited Run Games han puesto a la venta un puñado de ediciones del juego en formato físico, a cada cual más maravillosamente loca. No dejéis de echarle un vistazo si os queréis asegurar de que, por fin, la versión digital de Scott Pilgrim ocupa un hueco en vuestra estantería.
Esta crítica ha sido elaborada tras jugar a la versión de este título para Nintendo Switch.