Resident Evil 3: Análisis de una cuarentena descontrolada

30 marzo, 2020Francisco Rubio

En 1999 se lanzaba, tras algunos tumbos y cambios de dirección, Resident Evil 3 Némesis, una tercera entrega que casi parecía un spin-off de la segunda, con escenarios y personajes conocidos pero una novedad muy destacable: Némesis, el archienemigo creado por Umbrella que no cesa en su empeño de encontrar y aniquilar a los miembros de S.T.A.R.S.

Pese a que innovaba poco y era demasiado conservador con respecto a su anterior entrega, Resident Evil 3 Némesis fue un éxito y sigue siendo recordado como uno de los mejores de la saga, un clásico que se aúpa en las listas de mejores survival horror.

Veinte años después, se lanza un remake que pretende continuar con la buena racha que vive la saga creada por Capcom junto con Shinji Mikami.

Yo no era muy amigo de los remakes. En parte porque lo que me encontré al inicio de esta generación de consolas no fue la tanda de enormes y trabajados remakes que estamos viviendo ahora, sino unos ports más o menos mejorados que saltaban entre consolas de distintas capacidades. No fui amigo de estas re-imaginaciones de títulos antiguos hasta que aparecieron cosas como Shadow of the Colossus, Spyro Reignited Trilogy o Resident Evil 2. En especial, este último caso. Supongo que sobran las presentaciones: no solo la mejora gráfica es apabullante, sino que se re-imagina la historia, se cambian localizaciones, eventos… se le da una continuidad a la saga con respecto al remake del Resident Evil original y se aplican algunos de los afortunados cambios de Resident Evil 7. El resultado fue un título que entró en varias listas de mejores del año, se alzó con galardones y engrosó más el orgullo de Capcom, una compañía que atraviesa unos años dorados.

¿Cómo encaja en todo esto el nuevo Resident Evil 3?

Pues ya he podido jugarlo, pasármelo y disfrutarlo. Y tengo algo que compartir.

Resident Evil 3 me parece superior en muchas cosas a su predecesor, e inferior en otras muchas. Me parece continuista pero mejorado, mirando mucho al pasado, a su entrega original, respetuoso con lo que la saga está haciendo ahora, que es ni más ni menos que lo que los fans le pedíamos, aunque olvidándose por el camino de no hacer tanto hincapié en la acción. Algo complicado, lo sé, pues el villano se presta a ello. Es una aventura apasionante en la que se vuelve a contar la historia de una ciudad condenada: Raccoon City, el foco de infección de los virus T y G, el campo de pruebas de las armas biológicas de la terrible corporación Umbrella y el inicio de todo lo que vendría a lo largo de más de veinte años. En el centro de todo, Jill Valentine, co-protagonista de la primera aventura de la franquicia; y Némesis, su terrible perseguidor.

Si hablamos de continuar con el fantástico trabajo que llevó a cabo Capcom con Resident Evil 2, y que ya comenzó con Resident Evil 7, esta tercera entrega (que, curiosamente, pierde su subtítulo en este lanzamiento) hace los deberes y apunta a notable. En lo jugable es una acertada mezcla entre el survival horror más clásico, aventura sobre raíles aderezada con un tanto de backtracking y acción peliculera. No resulta tan exagerado como lo que hizo la saga en tiempos de Playstation 3 y Xbox 360, pero no se mantiene demasiado fiel al estilo de Resident Evil 2: el escenario de las calles de Raccoon City y el personaje de Némesis se prestan a que haya un poco más de espectacularidad, sacrificando algo de terror por el camino. Se mira mucho más en la acción, en la variedad de armas, dando como resultado una mezcla entre lo que hacían Resident Evil 5 y Resident Evil 2.

Este Resident Evil 3 parece la mezcla perfecta entre la saga Uncharted y Resident Evil. Altera mucho la historia que ya conocíamos y, aunque mantiene el tiempo en que transcurre (un día antes que lo visto en la segunda parte y un día después, aunque con alguna licencia), y volvemos a recorrer escenarios vistos en el anterior remake, tal y como ocurriera a finales de los noventa en Playstation, todo lo que rodea el cómo suceden las cosas ha cambiado mucho. Aquí la premisa es la supervivencia, viendo mucho más de lo que acontece en las calles de la ciudad. En los primeros compases de la aventura, Némesis se presenta como un perseguidor incansable y desconocido, en algo bastante cercano al thriller y que por momentos me ha evocado a la estupenda primera parte de Terminator (James Cameron, 1984). Hay tensión, hay horror, pero lo que prima es una idea de acción de guion, donde todo está calculado y los encuentros con la criatura no dejan nada al azar.

En esto, Resident Evil 3 aporta sorpresas, pero resta libertad. Del mismo modo, no se apoya tanto en la segunda entrega como ocurriera hace dos décadas. Sí, volveremos a escenarios vistos en el anterior remake, pero será un paso anecdótico, donde no haremos nada demasiado relevante y no pasaremos mucho tiempo.

Algo que duele dentro de una jugabilidad donde la acción está bien medida, donde el backtrackingresulta acertado sin ser pesado, es la ausencia total de puzzles. Aparte de un par de cajas fuertes y algún objeto que recolectar, decimos adiós a las puertas cerradas hasta encontrar la combinación adecuada, las piezas de ajedrez, las estatuas que hay que mover en un orden correcto… La acción en Resident Evil 3 es muy rápida y muy intensa, por lo que narrativamente no da pie a los rompecabezas… Lo que no quita que los echemos de menos.

Una de las grandes preguntas que me hacía antes de probar el juego, y que seguramente muchos jugadores se hagan: ¿cómo es Némesis? ¿Es tan pesado como Mr. X en la anterior entrega? ¿Realmente nos persigue de forma incansable? Pues sí y no. Las apariciones de Némesis están muy sujetas al guion, en los niveles más altos de dificultad su presencia nos puede poner las cosas realmente difíciles, y sucederá como con Mr.X: no se le puede derrotar, sino dejar inconsciente el suficiente rato como para escapar. Pero sus enfrentamientos están muy pensados a modo boss final, donde la pauta para derrotarle siempre será llegar a cierto lugar o interactuar con el entorno para darle un buen golpe y que salte la escena de turno. En esto, a algunos decepcionará que no presente un comportamiento imprevisible, mientras que otros agradecerán que no sea un Mr. X 2.0. Eso sí, el diseño del personaje es increíble, sobre todo sus transformaciones tras las muchas veces que nos enfrentaremos a él.

Gráficamente el juego es impresionante, mucho más que su predecesor. Y es que donde Resident Evil 2 se mostraba oscuro, amenazador, un survival horror de manual, Resident Evil 3 se muestra algo más colorido, más gore, las calles están llenas de fuego, de coches, de zombis, de movimiento. El propio Némesis es un personaje más carismático, Jill es una protagonista de diez y el nuevo comportamiento de Carlos lo hace más querido. El modelado de los personajes es apabullante y los escenarios también lo son, habiéndose reciclado, eso sí, mucho material de la anterior entrega. Y aunque me ha gustado mucho perderme por sus niveles, debo decir que estos son realmente cortos, casi pasillos, sin un diseño y una carga tan robustos como lo que cabría esperar, aunque tira mucho de los atajos que vamos abriendo a medida que avanzamos.

Lo que nos lleva a la peor parte del título: su duración. Resident Evil 3 es impresionantemente corto: mi primera partida en modo estándar me llevó 5 horas y media. El modo asistido es muy recomendable ni tocarlo, ya que nos hará empezar con mejores armas, apenas moriremos, no supondrá un reto para nadie y el juego se terminará en unas tres horas. En el modo hardcore nos llevará más tiempo, pero porque moriremos mucho ante Némesis, no por nada más. Esto hace que Resident Evil 3 casi parezca un DLC muy trabajado de Resident Evil 2. ¿Cómo lo vendemos, pues, a precio completo?, pensaron en Capcom. Gracias a Resistance.

Resistance es el modo online de Resident Evil, algo de lo que llevamos tiempo oyendo hablar y del que hemos podido disfrutar incluso alguna beta. Un multijugador online asimétrico donde tomar partido en una batalla bien como Superviviente, bien como Cerebro. Unos deberán huir de varios escenarios realizando sencillos puzzles y sobreviviendo; el otro deberá ponerles las cosas difíciles lanzando criaturas, trampas y armas biológicas. Un modo de juego innovador en el que Capcom se ha tomado mucho tiempo para pensar y que parece muy trabajado, aunque sus resultados dependerán, como siempre pasa con estos juegos, de su comunidad.

Resident Evil Resistance y Resident Evil 3 llegan juntos, siendo uno el modo campaña y el otro el modo online, aunque parece que Capcom ha invertido más esfuerzo en este segundo… cuando lo que más interesa a los jugadores es, precisamente, el modo solitario y la historia. A la vista salta el tremendo potencial de Resident Evil 3 como secuela, pero se queda a medio gas en cuanto a duración, historia y jugabilidad. Se acerca peligrosamente al terreno de la quinta y sexta entrega de la saga y no profundiza demasiado en las buenas cartas que podría jugar. Resident Evil Resistance es un buen añadido a la franquicia, un online asimétrico que es divertido de jugar, inteligente y que no tiene graves problemas jugables (más allá de que Cerebro empieza con bastante ventaja…), y la jugada de vender ambos juntos para así justificar el precio completo y no sacar la historia de Jill como una expansión de la segunda parte es entendible, y hasta respetable. Pero no tengo claro que esta sea el camino que deba seguir la saga ni creo que sea lo que los fans esperaban.

Resident Evil 3 se disfruta muchísimo y en ocasiones me ha gustado más que la segunda parte y más que la séptima, pero se queda muy corto y prescinde de mecánicas clásicas en la franquicia. ¿Qué será lo siguiente? Yo personalmente espero que se detenga aquí la fiebre del remake, Capcom se retire de esto por todo lo alto y se centren en Resident Evil 8. 

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