Hace algunos días me escribió una amiga para decirme que estaba jugando a The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Por fin, muchos meses después de que yo le prestara el juego, ha decidido darle una oportunidad y lo está disfrutando enormemente, según me cuenta...
Sabreman, completamente exhausto, logró trasponer una vez más el umbral de la puerta que daba acceso a la misteriosa sala del caldero. El aventurero se encontraba al límite de sus fuerzas, aunque la mayor amenaza que le acechaba estaba representada…