Mi nombre es Pond, James Pond

2 diciembre, 2019Nacho M. Martín

Tras la irrupción de Super Mario Bros en 1985 el género de plataformas inició su apogeo y llenó en los años 80 y 90 de infinidad de títulos de ese género para las consolas de ocho y 16 bits. De esa época existen títulos como Dynamite Headdy, Ghosts’n Goblins, Cool Spot o las sagas Mega Man y Sonic pero entre ellas hay una saga de plataformas que hizo las delicias de pequeños y grandes gracias a su jugabilidad y su originalidad con escenarios pintorescos y coloridos y que parece que hoy ha caído en el olvido, no es otro que el primer pez protagonista de un videojuego: ¡James Pond!

Allá por finales de los 90 dos empresas desarrolladoras británicas, Vectordean y Millenium querían subirse al carro ganador que suponía crear un juego de plataformas y tras un intenso brain storming decidieron homenajear a uno de los héroes británicos más importantes de la ficción, el agente 007 con licencia para matar, Bond, James Bond. Tras barajar muchos animalitos y diferentes escenarios, los chicos de Millenium decidieron que ambientarían su juego en el mundo acuático y que su protagonista sería un pececillo. Así nació el primer juego de la saga James Pond: Underwater Agent (James Pond: Agente subacuático).

Este juego, desarrollado para Mega Drive en un cartucho de cuatro megas, sirvió de base para dar a conocer al personaje protagonista y presentar un mundo subacuático en el que los guiños a la saga cinematográfica James Bond aparecían por doquier. De hecho, el rival de James Pond no es otro que el Dr.Maybe (doctor quizás), una clara parodia al Dr. Julius No, uno de los temibles villanos de la saga Bond. Las referencias  al personaje creado por Ian Fleming no se acaban ahí sino que James Pond tendrá que moverse con fases que evocan películas del agente 007 como ‘License to Bubble’. ‘The fish with the golden bar’, ‘Fishfingers’ o ‘Three Mile Island with Love’ y en algunas de ellas «seducir» a varias sirenas (como su alter ego humano seducía a las chicas Bond) para luego salvarlas.

Este juego al principio puede ser algo básico y repetitivo pero cuando se avanza a «burbujazo» limpio con James Pond por distintos mundos para evitar que el Dr. Maybe contamine el fondo marino las fases van ganando en dificultad y son cada vez más laberínticas aportando mayor jugabilidad a este título.

Con todo, este juego, con puntos fuertes como sintonías pegadizas (de las que una de ellas recuerda al tema principal de James Bond) o la velocidad a la que se podía mover James Pond en el agua (haciendo bueno el dicho de moverse como pez en el agua) y con flaquezas como un apartado gráfico discreto, fue bien aceptado y tuvo un número de ventas bastante voluminoso por lo que desde Millenium decidieron desarrollar una segunda entrega que vería la luz en 1991.

Esta segunda entrega supuso el boom para el personaje de James Pond no en vanos es, para la gran mayoría, el mejor juego de la saga. Y parece que en Millenium lo sabían, por eso se afanaron en que este James Pond 2. Codenamed: Robocod, que se lanzó originalmente para Amiga, Atari ST y Mega Drive, llegara a más consolas y fuera portado a la Master System, Game Gear, PC, Game Boy y Super Nintendo (en esta última bajo el título de Super James Pond).

La trama de esta nueva entrega es la siguiente: el Dr. Maybe, con el fin de vengarse de James Pond, ha arribado al Polo Norte y se ha atrincherado en el taller de Papa Noel y ha secuestrado a sus ayudantes. La Navidad peligra y envían al agente Pond para evitarlo quien ante una ardua misión se nos presenta con una armadura robótica en un nuevo guiño a otra película, esta vez a Robocop.

En cuanto al juego en sí, éste está más influenciado por los plataformas más ilustres de la época y ya James Pond no se desenvuelve en el agua (a excepción de una fase) y ya no liquida a los enemigos a base de burbujas sino que lo hace saltando por encima de ellos, igualmente, los ítems los va consiguiendo tras golpear los bloques que va encontrando en escenarios cuidados y de gran colorido que, en ocasiones, se pueden recorrer con algunos vehículos como una avioneta o ¡una bañera! Otros elementos característicos de este juego son las sintonías alegres (entre las que se encuentra una versión del navideño Jingle Bells) que se van intercalando y la aparición de jefes finales.

En comparación con su predecesor este título sale ganando y «de calle», no sólo por una mejoría gráfica notable con sprites más definidos y mejores animaciones sino porque siguen repitiendo la mecánica ganadora del título anterior (fases largas y dificultad progresiva) pero con una jugabilidad aún mayor siendo un título divertido e incluso adictivo. No en vano, las revistas de la época le daban un 91 (sobre 100 de puntuación) y algunos portales especializados señalan que está entre los 20 mejores juegos de la Mega Drive. Asimismo, para reforzar la teoría, es el único título de James Pond que se ha portado a consolas posteriores, de esta manera, en 2003 fue portado para Game Boy Advance y PlayStation, en 2005 para Nintendo DS y en 2006 para PlayStation 2 para luego desembarcar en las tiendas digitales de Nintendo y PlayStation Network.

Y como no hay dos sin tres, el binomio Vectordean-Millenium, siempre apoyados por Electronics Arts, decidieron hacer una tercera entrega de las aventuras del alegre pez naranja. Bajo el nombre de James Pond 3 Operation Starfish, este juego nos vuelve a poner como rival al malévolo Dr. Maybe quien ha urdido un nuevo plan para vengarse de James Pond y, aliado con un ejército de ratas, decide extraer todo el queso que hay en la luna (al parecer se trata de un satélite lácteo) para así lograr la financiación suficiente para vencer a Pond y conquistar el mundo. Por ello, James Pond, esta vez acompañado por la rana Finnius, será el encargado de desbaratar sus planes.

Así, en 1993 este juego arribó a Mega Drive, Game Gear, Amiga y la Super NES con la novedad de la introducción de un mapa de la zona (al estilo de Super Mario World) para ir de una fase a otra y con un nuevo ‘gadget’ para James Pond: ahora no tenía la armadura robótica sino unas zapatillas especiales que le hacen deambular por la luna con una velocidad que no tiene nada que envidiar a la de Sonic el erizo. Además, el juego cuenta con varios guiños a sagas estelares como Star Wars y con una multitud de ítems alocados (especialmente los muelles que más de una vez se emociona uno con los súper saltos y no ve donde acaba).

Por lo demás, la tercera entrega de James Pond continúa la línea marcada por su predecesora con un apartado gráfico que se asemeja al de James Pond 2. Codenamed: Robocod, con escenarios igual de pintorescos y coloridis y con respecto a la jugabilidad, al no haber una diferencia tan grande como sí la hubo entre el primer y el segundo James Pond puede parecer que estemos ante «más de lo mismo». Sin embargo, nos encontramos ante un buen plataformas y las horas de entretenimiento están aseguradas.

Previamente al lanzamiento de la tercera entrega de James Pond, EA ante la gran acogida de James Pond 2. Codenamed: Robocod encargó al tándem Vectordean-Millenium el desarrollo de un juego «diferente» y familiar que estuviera protagonizado por el pececillo naranja. Así surgió The Aquatic Games starring James Pond and the Aquabats que fue lanzado para Mega Drive, Amiga, Atari ST y Super Nintendo (en esta última bajo el título de Super Aquatic Games). Se trata de un título donde James Pond acompañado de cuatro nuevos personajes compite en multitud de minijuegos deportivos bastante dinámicos y divertidos (el juego de la foca que evita que las pelotas golpeen a sus hijitos dormidos es especialmente adictivo) y para el cual es muy recomendable tener el multitap y «viciarse» con tres amigos.

Tras la tercera entrega de las aventuras de James Pond, el agente pez se tomó unas largas vacaciones y dejó de protagonizar juegos hasta que en 2011 la desarrolladora HPN Associates volvió a resucitarlo con James Pond in the Deathly Shallows (parodia de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte) para la App Store. Se trataba de volver al concepto del primer James Pond en un mundo acuático en el que el protagonista se movía en fases de scroll horizontal derrotando a enemigos a base de burbujas. El juego, visualmente muy básico y de pobre jugabilidad, fue un fracaso absoluto, tanto es así que algunas webs especializadas lo incluyen entre los diez peores juegos de ese año.

En 2013 hubo un intento de resarcir a James Pond y de realizar un juego que le hiciera justicia recuperando los elementos que hizo que éste triunfara en los 90 (más o menos una cosa parecido a lo que después hiciera Sonic Team con Sonic Mania). Así, la desarrolladora Gameware Europe inició una campaña de crowdfunding a través del portal Kickstarter con el fin de lograr 100.000 libras esterlinas para acometer la realización del juego. Sin embargo, únicamente lograron unas 16.000 libras y tuvieron que abandonar el proyecto. Por el momento, tendremos que seguir esperando para volver a disfrutar de las aventuras de un pez llamado Pond, James Pond

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Artículo anterior Siguiente artículo