‘Kaya’ y léete esta reseña (y después el cómic)

4 octubre, 2022Pedro de la Rosa Gil

Primero de todo: lo siento por el chiste del título. Segundo: en verdad no lo siento. Pero bueno, dejemos las bromas aparte y hablemos de cómics.

Hacer una buena obra de fantasía es difícil. Muy difícil. Es un género con influencias titánicas que lanzan su sombra en todas direcciones. Si sigues su estela te arriesgas a que tu obra no tenga la suficiente personalidad, y que termine pasando desapercibida entre el mar de obras de fantasía que nos llegan constantemente. Por otro lado están los que intentan romper con esa tradición, lo cual es algo que no solo requiere una gran imaginación y trabajo de fondo, sino también que sea capaz de conectar con los lectores, muy acostumbrados a una serie de estereotipos.

Kaya es una obra del primer tipo, ya que las influencias de Tolkien son muy notorias, entre otras como Miyazaki o la leyenda de Viaje al Oeste. Ojo, que esto no lo digo como algo malo, ni mucho menos. No todas las historias tienen que ser rompedoras, súper originales y únicas. Lo que sí que tiene Kaya que la encumbra por encima de la media de obras de fantasía en el cómic es una cosa: el color. Pero vayamos por partes.

Kaya no es ni el principio ni el final de una historia. Y eso le afecta positiva y negativamente. Esta obra no solo está situada en el universo de la obra anterior de Luis NCT, Wahcommo, sino que usa personajes y motivaciones previas. Esto es lo más negativo —por no decir lo único negativo— de la obra con diferencia, ya que —siendo mi caso que no he leído Wahcommo— sientes que los personajes, y a través de ellos el autor, presuponen que tú tienes ciertos conocimientos de los que careces. Si estuviéramos hablando de que la obra tiene un 2 en la portada, o alguna alusión clara a esta continuación sería comprensible que esto fuera así, pero al tratar a Kaya como una obra independiente se pierden esas bases. Dicho esto, una vez te introduces en la historia es una aventura fantástica bastante buena. El mundo es rico, las referencias son claras pero con su toque personal. La historia es un muy buen acompañamiento para lo fuerte de la obra: el arte.

El estilo desdibujado por el que apuesta Luis NCT, de líneas sin terminar que nosotros mismos hilamos, le da a la historia un toque místico, incluso legendario. Como si fuera un recuerdo difuso que intentamos recordar en detalle pero al que le faltan cosas. Vemos los lápices que hicieron las bases de las formas, las líneas que hay detrás de cada expresión y persona. Hace que la obra sea «sucia», pero claro, es un viaje en un mundo de fantasía, claramente es algo sucio. El dibujo y la historia se sincronizan perfectamente en sus deberes. Pero si hay algo que encumbra esta obra, y que me ha hecho quedarme fascinado página tras página, es el color.

Cuando hablamos de cómic siempre lo hacemos sobre el dibujo o el guion. Todo el mundo sabe quién es Alan Moore, o Grant Morrison, Jack Kirby, Romita. Pero hablamos muy poco del color. El color es el que transmite, el que te da las emociones, el que cambia los estados de la página. Es el que da la vida al dibujo. Y Kaya es uno de los grandes ejemplos de este uso. Siempre que cambia el estilo de dibujo cambia cómo se usan los colores, cuales aparecen, de qué forma. Desde luego se nota mucho que Luis NCT trabaja como colorista en la industria americana, aunque poco resuena para el nivel que tiene.

Resumiendo: Kaya es una obra muy entretenida para la que recomiendo leer anteriormente Wahcommo, que, a mi parecer, hará que disfrutéis mucho más de la obra. Y aunque el guion no es de los más rompedores, su unión con el dibujo y el color hacen que sea una obra que te bebes en una tarde, y que después vuelves a repasar embobándote con el dibujo y los colores.

En fin, que ya me Kayo y os dejo que la leáis, que estáis tardando.

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