Ajuste de cuentas con Chuck Palahniuk

19 febrero, 2021Francisco Rubio

El autor de El club de la lucha nos habla sobre su nueva novela, política y Donald Trump.

Desde que en 1996 Chuck Palahniuk publicara El club de la lucha —o más bien desde que David Fincher la adaptara en una exitosa película protagonizada por Brad Pitt y Edward Norton—, el autor se ha convertido en un referente de la cultura pop, antes conocida como la cultura punk, ahora quién sabe. Las consignas de El club de la lucha son (re)conocidas en los ámbitos cinéfilos y literarios —ahora también en el mundo del cómic gracias a las secuelas que ha publicado recientemente el autor— y repetidas como símbolo del inconformismo de la clase obrera americana, extrapolado a Europa, y paradigma ilustrativo de la violencia y la mala leche que toda una generación puede dirigir hacia las clases ricas. Por estos elementos extraliterarios, la novela se convirtió en un éxito, pero por las características literarias de que, también, hace gala, el autor se ha convertido en un referente de la mala hostia en la literatura. Al éxito de la citada le han seguido novelas tan dispares como Monstruos Invisibles, Asfixia —también convertida en una película en 2008 por Clark Gregg—, la notable Rant o la reciente El día del ajuste, editada en España por Penguin Random House y traducida por Javier Calvo.

Precisamente sobre El día del ajuste tuvimos la oportunidad algunos periodistas y juntaletras de hablar con el autor en una rueda de prensa organizada por la editorial.

El día del ajuste recuerda a El club de la lucha. Lo hace en muchas cosas que tienen que ver, y no, con lo que pasa dentro y fuera del papel. La gran consigna de la novela —lo que llamaremos el reclamo publicitario— es que el autor «predijo» el asalto al Capitolio. Una aseveración tomada con pinzas de la que el propio Palahniuk duda: «Me encantaría decir que yo predije eso. El día en que ocurrió me llamaron desde la editorial para decirme que mi libro estaba en televisión, y lo cierto es que algunas imágenes se corresponden con las imágenes del libro. Me encantaría decir que yo fui un catalizador de esto, pero creo que sería decir demasiado. Lo cierto es que viví de espaldas a Donald Trump, como viviré de espaldas a Joe Biden.»

Los ecos de la guerra de Vietnam y su resonancia en la ficción acompañan un collage de escenas que desembocan en el Día del Ajuste: la lucha violenta por tomar los Estados Unidos y establecer un nuevo régimen

En la novela, un libro misterioso pasa de mano en mano provocando una suerte de despertar de la conciencia de clase en las clases bajas y medias norteamericanas. Una comparsa —o más bien, una farsa— dirigida por un tal Talbott Reynolds, como respuesta a una guerra que EEUU ha declarado unilateralmente en Oriente Medio y que supondrá la diezma de toda una generación de hombres jóvenes. Los ecos de la guerra de Vietnam y su resonancia en la ficción acompañan un collage de escenas que desembocan en el Día del Ajuste: la lucha violenta por tomar los Estados Unidos y establecer un nuevo régimen. Sin embargo, el autor da un paso más allá y se atreve a presentar una distopía con todas las de la ley: el país de la libertad y la democracia se divida en tres guetos —aunque prefieren denominarlos «naciones»—: uno para los blancos, otro para los negros y un tercero para el colectivo LGTB. La primera novela del autor en cuatro años vuelve la vista hacia sus inicios. Volvemos a las conspiraciones secretas de las clases bajas; a los hombres enfrentados a su propia masculinidad tóxica, a la violencia que se les exige, y se enfrenta con la clase política americana cuyo último gran delirio ha sido el mandato de Donald Trump. El separatismo como modo de protesta, la política como elemento de corrupción y la juventud como catarsis del cambio.

Sobre la propia novela, el autor opina: «La novela cubre mucho. Creo que mi editor de siempre no quiso publicarla porque estaba a punto de retirarse, y no quería hacerlo con un escándalo. Quise mostrar lo que iría mal si cada uno viviera en su país soñado; dramatizar las teorías de Gunnar Heinsohn, un filósofo alemán que escribió sobre ello: dijo que todos los cambios importantes en la historia surgen por un exceso de hombres formados. En El club de la lucha los hombres pensaban que algún día serían ricos y respetados, pero esa garantía deja de aplicarse por el exceso. Esos jóvenes, hombres y mujeres, que no encuentran su lugar generan un cambio, una revolución, porque ese nuevo mundo les dará un lugar. La idea que buscaba con el libro era dramatizar estas teorías.»

Esos jóvenes, hombres y mujeres, que no encuentran su lugar generan un cambio, una revolución, porque ese nuevo mundo les dará un lugar

La novela se divide en dos partes no señaladas: por un lado, el inicio de la revolución. Una serie de escenas que colocan a un buen plantel de personajes ante los preliminares de lo que terminará siendo el Día del Ajuste: vemos cómo el libro circula de mano en mano, las listas de internet de los más odiados, las normas del Ajuste —cortar las orejas de las personas más odiadas a nivel mediático—, el nuevo orden que cada uno quiere instaurar… Como mencionaba antes, una suerte de collage del horror. Algo que no es casual, tal y como apunta el autor: «El club de la lucha iba a ser una colección de historias cortas, porque en aquella época esa clase de libros estaban de moda. Con mis siguientes novelas he intentado que tengan mayor entidad, pero con El día del ajuste he vuelto a escribir en escenas. Cuando a alguien le gusta una película, con lo que se queda es con unas cuantas escenas que le han gustado, y eso hace que la película completa les guste.»

Chuck Palahniuk ha ido perfeccionando el humor negro a lo largo de sus novelas. De hecho, a los que aún no hayan leído nada, no les recomendaría comenzar con su ópera prima, sino con algunas de sus novelas más macarras: Pigmeo, Eres hermosa, Snuff o esta misma El día del ajuste, donde el humor negro, la sátira, el cinismo y, en muchas ocasiones, la parodia, forman parte de cómo la historia se desarrolla hacia una especie de moraleja.

Desde Break quisimos ahondar sobre la ficción como vehículo de expresión, por eso preguntamos a Chuck Palahniuk sobre porqué hablar de política y EEUU en clave de ficción, en vez de ensayo, como otras veces ha hecho, a lo que nos respondió: «Justo ahora no hay ninguna autoridad central a la que nadie pueda acudir, desde el punto de vista periodístico. A través de internet, cualquiera elige su propia verdad. En este momento se ofrecen tantas verdades, que hay que elegir. No son los panfletos los que hacen que la gente cambie. Pensemos en un libro como La cabaña del tío Tom. Fue un libro que catalizó el abolicionismo en la guerra civil en Estados Unidos, debido a sus personajes. La ficción siempre es más emocional para el lector. La gente no conecta con la negación de las emociones, pero se puede usar la ficción para llevar el mensaje. Aunque El diario de Anna Frank no es una novela, sí que es un libro que conecta con las emociones. Matar a un ruiseñor tuvo una influencia enorme. Creo que la ficción es lo que mejor funciona

Y es que Palahniuk envuelve sus ficciones con esa pátina de crónica negra, de diario sobre todo lo que ha salido mal. Como si fuera mucho más interesante contar la derrota que la victoria; el punto de vista de los perdedores, por encima de los vencedores. El día del ajuste, una lectura que se toma su tiempo en establecer lazos con el lector, ir conectando ideas a través de retazos, se acerca hacia un culmen que tiene todo lo que los lectores del autor disfrutan: violencia, confrontación, humor absurdo… No me parece atrevido decir que lo que cultiva Palahniuk con sus novelas es el género esperpento, aunque sea algo propio de la literatura española y que no ha visto representación significativa más allá de nuestras fronteras.

El día del ajuste tiene el atractivo de un libro que parece querer levantar ampollas. «Me robaron el dinero de este libro» admite el autor. «Así que, en cierto modo, estaba maldito». Chuck Palahniuk se refiere a un caso de estafa por parte de su agencia de representación del que fue víctima, junto con otros autores. Ciertamente, el dinero de este libro desapareció. Y, poco después, Estados Unidos se volvió loco y el Capitolio fue asaltado.

El día del ajuste es como un ejemplo de todos los temas que han colmado su carrera: la rabia juvenil, el desencanto de una generación, la búsqueda del cambio a través de las revoluciones de un solo día que siempre terminan mal…

He querido esperar hasta haber leído El día del ajuste para transcribir y pensar en las respuestas que dio su autor durante la rueda de prensa. Desde mi adolescencia, he leído a Chuck Palahniuk, unas veces con más devoción que otras. Ciertamente, siempre me ha parecido un autor divertido, en el sentido más cínico y patológico de la palabra. El día del ajuste es como un ejemplo de todos los temas que han colmado su carrera: la rabia juvenil, el desencanto de una generación, la búsqueda del cambio a través de las revoluciones de un solo día que siempre terminan mal… Es como un catálogo de todo lo que siempre nos ha gustado de él; una suerte de carta de presentación al resto de su obra. Como él mismo declara, esta novela es punk en la medida en que la literatura americana suele ser pop. Es una lectura disfrutable en la medida en que uno puede disfrutar de un año tan loco y macabro como fue 2020 y está siendo 2021. Siempre que no caiga sobre ti; siempre que los tuyos estén a salvo y veas lo peor del mundo solo en las noticias. Es una ventana hacia un futuro negro que, de tan surrealista, es tan imposible de creer como de rebatir.

No quise pasar la oportunidad de preguntar a Chuck Palahniuk sobre sus futuros proyectos. Hasta el momento ha escrito novelas, cómic, ensayos periodísticos, incluso un libro para colorear… ¿Qué quiere hacer ahora? «Lo que me interesa ahora son los podcasts con guion. Me recuerdan a las viejas novelas de radio. Ahora mismo estoy trabajando en eso con un amigo: tenemos un estudio de grabación, muchos amigos actores y nos gustaría poner todo esto junto. Si piensas en contar historias con sonido, puedes usar efectos, voces, para mostrar humor, horror, cosas grotescas… La naturaleza de los sonidos que creamos durante el guion podría horrorizar y repugnar a la gente. Se pueden usar cosas fantásticas con el sonido. Sería muy divertido y espero que sea lo próximo que haga.»

Hasta entonces, todavía queda disfrutar de El día del ajuste y de las próximas novedades del autor: la tercera entrega de El club de la lucha, en formato cómic, y su más reciente novela en inglés, The invention of sound.

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