‘Afterparty’: Daryl Gregory quiere que creas

24 septiembre, 2021Francisco Rubio

Afterparty, nueva novela de Daryl Gregory en castellano publicada por Gigamesh, da varias patadas a todo lo que dábamos por sentado en la ciencia ficción y en la ficción en general. Lo hace como acostumbra el autor: a base de personajes bizarros, un mundo esperpéntico y una premisa de locura. Estamos en un mundo futuro, donde acompañamos a Lyda Rose, una ex drogadicta recién liberada de desintoxicación, para seguir sus pasos a través del hampa criminal del diseño de drogas sintéticas. Allí buscamos el rastro del Numinoso, una droga muy peligrosa que pone al que la toma en contacto con Dios. La propia Lyda Rose se encuentra siempre acompañada por un ángel, la doctora Gloria, fruto de una sobredosis de Numinoso. Tras una muerte por sobredosis, Lyda decide acabar de una vez por todas con lo que a todas luces es la droga más peligrosa que existe. 

El autor de la fantástica Estamos todos de puta madre y la editorial conocida por editar en castellano a George R.R. Martin, y cuyo catálogo merece muchísima más atención que solo esa, unen fuerzas de nuevo para traernos una novela espectacular. Una rareza de la ciencia ficción moderna, que no se olvida de clásicos como Snow Crash o Neuromante, pero que está muy lejos de ellos. Establece un mundo propio, rico y divertido, a través de una narración desenfrenada y ligera. El tema tiene bastante enjundia como para detenerse de vez en cuando y reflexionar—en cierto momento, Lyda habla sobre una cuestión bíblica: cuando Dios pide a Abraham que sacrifique a su hijo, está probando su fe; pero también Abraham prueba a Dios: si un Dios permite que mate a su hijo para mostrar su fe, será un Dios terrible—. 

Afterparty se mueve entre estos momentos de lucidez increíble y algunas escenas chabacanas y alocadas, con ciertos momentos de acción y algunas situaciones de tensión que hacen de la novela casi un thriller tecnológico. En verdad, no se encuentra lejos de los temas sobre los que gira la trilogía —ahora convertida oficialmente en saga— de Matrix. Pero Daryl Gregory es, ante todo, un autor que rebosa originalidad. Lo pude comprobar con su genial novela corta Estamos todos de puta madre— también publicada en España por la editorial Gigamesh—, y con La extraordinaria familia Telemacus, que llegó a estas costas hace unos años de la mano de Blackie Books. Sus novelas, y esta en particular, rebosan de registro diferentes, personajes pintorescos y llenos de aristas, así como giros de trama y sorpresas para el lector. 

Afterparty se construye sobre la promesa de algún giro final que, cuando llega, no es tan satisfactorio o inesperado como esperaba. Esto no hace que su lectura decaiga, pues para entonces el lector ya está muy metido en el meollo de la trama, pero no deja de ser un punto a señalar. Avanza con mucha tensión y acción al principio, para volverse más tranquila hacia la mitad y volver a pisar el acelerador de golpe y dejarnos sin fuelle hasta el último momento. Claro que esto nos lleva a que Lyda sea la absoluta protagonista, con todo lo que ello implica: las motivaciones del resto de personajes se dejan un poco de lado, las metas de cada uno no quedan tan claras como con el personaje principal, y en general los escenarios —distintas ciudades y momentos de la vida de Lyda— actúan así, como escenarios, faltándoles profundidad. Gregory crea un mundo atractivo para componer su historia, pero se olvida de darle detalles. 

El balance final es una novela entretenida, sorprendente en muchos sentidos y con algunos momentos memorables. Quizás no una novela perfecta —ninguna lo es, no pasa nada—, pero sí una lectura bastante lejos de mucha de la morralla que se lee en el género. No tiene tapujos, no se corta un pelo, le da igual si alguien se ofende —y el tema religioso da para largo— y se dedica a sí misma: a contarse y dejar que el lector se desternille, emocione y se pierda durante horas. 

Vamos a hablar brevemente de la edición. A estas alturas no voy a ocultar —ni tengo por qué— que Gigamesh es una de mis editoriales fetiche. Y lo es más allá de Canción de hielo y fuego, porque su catálogo es tan amplio y rico en joyas del género que no tiene sentido reducirla a un puñado de best sellers. En su nueva línea editorial los libros han pasado a tapa dura, a un tamaño ligeramente menor, pero con un papel más agradable, una letra de tamaño excelente y cubiertas muy trabajadas —aunque esto siempre nos lo ha dado—. El resultado lo podemos ver en la edición de Afterparty: un libro editado con clase, pero de aspecto muy geek. Que nadie pierda ojo a que incluye bibliografía del autor —tanto en castellano como en su idioma original—.

El lector amante del cyberpunk, biopunk y demás punks que han ido haciendo de la ciencia ficción el más macarra de los géneros literarios, se deleitará con lo más nuevo de Daryl Gregory. Y tras esta lectura, si no lo habéis hecho ya, corred a leer Estamos todos de puta madre, también recientemente editado por la editorial de Barcelona. 

Para todo lo demás, ojito con las drogas. 

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