Entre bugs y rediseños: la polémica en torno a ‘GTA: The Trilogy’
Parece que, últimamente, el mundo de los videojuegos va saltando de polémica en polémica. O será que la comunidad cada vez está más dividida, tóxica y crispada. O que cuando una compañía se sabe poderosa, se relaja.
Quién sabe.
GTA Trilogy: The Definitive Edition se las prometía fáciles: el coloso de Rockstar se ha convertido en la franquicia por excelencia gracias a su quinta entrega, y el montón de jugadores y dinero que aglutina en sus arcas enrojece al más pintado. Con todo, este es un mundo cruel y lleno de baches: el camino de baldosas amarillas de Rockstar se ha visto empañado recientemente por el review bombing, las malas críticas, los vídeos de bugs en YouTube y demás jerigonzas que recuerdan notablemente al caso de Cyberpunk 2077.
La trilogía ha regresado, pero no de la mejor manera.
Lanzados hace dos décadas y remasterizados ahora con un notable lavado de cara, los juegos que componen esta «edición definitiva» son Grand Theft Auto III, Grand Theft Auto Vice City y el laureado Grand Theft Auto San Andreas. Los controles se han mejorado, los gráficos se han reconvertido en una suerte de estilo cartoon que aligera la brecha de tiempo que se abre entre los juegos actuales y el material original, y se les ha dado un lavado general para lanzarse en las consolas de actual generación.
Esto, la parte buena.
La parte mala son los bugs y el pobre rendimiento que están reportando los jugadores, en especial los que lo sufren en PC. Vayamos por partes.
Lo primero es que mientras escribo estas palabras he podido jugar a los tres títulos en Playstation 5 gracias a un código enviado por Rockstar. Lo segundo es que aún no he podido terminar los tres juegos, por razones obvias. He jugado unas cuantas horas a los tres—aunque más a San Andreas—. Sin embargo, ya que la polémica ha saltado, sería absurdo agachar la cabeza y escribir esto dentro de un mes, cuando Rockstar ya habrá sacado un primer parche para solucionar algunos de los problemas y mi opinión sería, seguramente, mejor.
Por suerte, creo que todo podrá solucionarse. Lo creo firmemente.
Los problemas que se han reportado de GTA The Trilogy: The Definitive Edition pasan por el rendimiento, los bugs y algunas decisiones cuestionables en animaciones y remasterización de los escenarios. Mi experiencia parece haber sido más sólida de lo que he podido leer en otros medios. Ciertamente he sufrido bugs durante las partidas—sobre todo en GTA III—, y lo que peor parado sale es la inteligencia artifical de los NPCs. Aunque llamarlo «inteligencia» es pasarse. Durante todo el tiempo en la partida los NPCs se dedican a convertir el mapa en un caos: luchas, bugs, ataques sin sentido, comportamientos extraños… Este es el punto que más he vivido, e incluso ha provocado que muera durante una misión de la tercera entrega tantas veces por un error de la IA que he tenido que apagar la consola y seguir con mi vida.
A nivel gráfico me gusta la propuesta: un estilo dibujo animado que hace que las carencias gráficas de hace veinte años se minimicen, aportando un toque pintoresco, aunque el nuevo modelado no sienta bien a todos los personajes. Algunas caras acaban siendo graciosas sin pretenderlo. Los efectos de iluminación en general no están mal, aunque me he encontrado con el grave problema en GTA III de que la lluvia intensa hace que sea prácticamente imposible jugar, ya que opaca la pantalla por completo. Me ha sucedido unas pocas veces, pero ha sido realmente molesto.
Se ha comentado, aunque admito no haberme dado cuenta ya que jugué estos títulos hace mucho tiempo en Playstation 2 y no los había revisitado, que la niebla era una herramienta bien utilizada para ocultar la carencia de distancia de dibujado, cosa que ahora se ha eliminado, aunque el mapa no carga con la presteza que debería y el resultado es chapucero. Esto colinda con algo que sorprende al entrar en el menú del juego: los modos rendimiento y calidad. Esto me parece increíble cuando hablamos de una remasterización de unos juegos lanzados hace dos décadas. Lo repito: dos décadas. GTA The Trilogy: The definitive edition debería funcionar a 60 fps estables con el máximo de calidad posible en su imagen en todo momento, simplemente porque son juegos lanzados hace mucho tiempo y la remasterización no precisa los recursos que la mayoría de títulos de hoy día. Entiendo que estos dos modos de rendimiento gráfico se puedan escoger en títulos como Marvel’s Spider-Man o incluso el futuro GTA V adaptado para las nuevas consolas, pero no en este relanzamiento de la trilogía.
Con todo, debo decir que los problemas más graves parecen estar en la versión de PC: códigos que no deberían estar ahí, canciones no licenciadas… Una larga lista de impensables errores que parecen no haber pasado ningún filtro de calidad. Ahora bien: yo he podido jugar en Playstation 5 sin demasiados problemas. El juego no se me ha roto, la consola no ha parado su reproducción. No es el caso que sufrí en la misma consola con el manido Cyberpunk 2077—que estoy seguro nunca se arreglará del todo—. He jugado a la trilogía y voy a seguir jugándola, porque lo cierto es que no había rejugado estos lanzamientos desde su época dorada—y, de hecho, entonces creo que no acabé más que San Andreas—, y han vuelto a engancharme.
Hay cosas que están realmente bien.
La transformación de los desfasados gráficos de entonces a este estilo cartoon creo que le sienta genial. La conducción y el combate siguen siendo buenos—con algunas salvedades a la hora de adaptar los controles al disparo, lo que se traduce en que en mi partida uso el bate de baseball más que nada—, y en general ninguno de los tres juegos colapsa y se vuelve imposible de jugar.
Pese al review bombing y demás fenómenos debo ser claro: en mi experiencia, he podido jugar a los tres títulos sin más. Cierto, no me parecen, quizás, a la altura de lo esperado. Demasiados bugs, inestabilidad en el rendimiento, algunas decisiones artísticas cuestionables, algunos controles poco pulidos y una IA que debería haberse mejorado. Me parece un lanzamiento que se ha quedado a medio gas, cuya verdadera inversión ha sido en marketing y no en trabajo de desarrollo. Una lástima, claro, pero no una tragedia. Se va a convertir—o, más bien, ya se ha convertido—en el último meme de moda en internet, y con motivo. Pero no es una catástrofe: los fans absolutos de la saga que busquen una excusa para volver a jugar estos títulos podrán jugarlos con tranquilidad, conteniendo la ilusión, y se encontrarán con un producto que aprueba raspado y poco más.
Dentro de unos meses, a base de parches, estoy seguro de que la cosa mejorará notablemente. Los juegos originales siguen ahí, con sus virtudes y sus defectos: algunas cosas han mejorado, otras han empeorado, pero no estamos ante un producto imposible de jugar como ese juego que ya todos sabemos. GTA The Trilogy: The definitive edition es un producto lejos de la excelencia que esperábamos de Rockstar, pero tiene algunas ideas que, si se pule el resultado y se hace caso a la comunidad, pueden funcionar muy bien. Aquí tenemos el caso clásico de coloso que se pasa de confiado, pero tengo fe en que Rockstar solucionará los errores. Jugadores, acérquense con cuidado, bajo su propia responsabilidad.