Sobre ogros y leyendas: entrevista con Javier Prado

25 abril, 2021Pedro de la Rosa Gil

Todos hemos oído hablar de los kitsunes, espíritus de los bosques del folclore japonés, o de las banshees, espíritus de mujeres que anuncian la muerte de un pariente cercano y originarias del folclore irlandés. ¿Pero cuánto sabemos del folclore español? He tenido el placer de charlar con Javier Prado, autor del futuro bestiario Monstruos Ibéricos, y si tuviera que definirlo con una frase sería una suya, sería: «Siempre he tenido un gusto por lo macabro y por lo oscuro. Y mira que soy una persona muy alegre y jovial». Esto me lo comenta, entre risas, al hablar del por qué de esta obra, y aquí el entrevistador certifica estas palabras al 110%. Su futuro libro ha sobrepasado las expectativas de todos, recaudando en su verkami hasta casi cinco veces más de lo que en un principio se pusieron como objetivo. Ogros, leyendas, monstruos y tradiciones se encontrarán entre las páginas de este libro que recopila una parte de esas joyas inmateriales que da nuestra cultura popular, y que se ha ido transmitiendo de madres a hijos a través del tiempo en forma de cuentos, historias o tradiciones hasta llegar a nuestros días.
Supongo que lo primero que hay que preguntar es ¿de dónde viene tu gusto por los monstruos ibéricos y el folklore español?
Yo siempre he sentido una gran fascinación por toda la temática fantástica, y sobre todo siempre he estado viendo películas, leyendo libros o cómics,… en definitiva viendo todo lo relacionado con esos géneros, y con el terror más de lo mismo. Y siempre veía que muchas obras, mayormente británicas y americanas —porque al final son las que más consumimos—, se basaban mucho en el folclore inglés o japonés, y que usaban muy bien sus raíces y sus historias folclóricas y legendarias para armar argumentos muy interesantes. Claro, yo veía de pequeño esas películas y esos libros y decía «¿Por qué todo pasa fuera? ¿Aquí no puede ocurrir nada así?». Es ese interés el que me llevó a empezar a leer mucho sobre folclore, tradiciones e historia en general, y descubres que tenemos un patrimonio súper amplio que está muy poco explotado. Hay un montón de películas sobre hombres lobo en Londres o en Nueva York, pero no hay ninguna en Sevilla o en Albacete. Y hay material histórico y legendario que se puede utilizar y que da para un montón de esas obras.
¿Qué crees que es lo que ha hecho que ese folclore japonés o británico que tanto despunta se haya comercializado, pero que con el de aquí eso no haya pasado?
Creo que eso tiene que ver más con temas económicos y la propia industria cultural. Al final, los países que ya hemos mencionado tienen unas industrias muy fuertes y pueden apostar por sus propias raíces y tradiciones, mientras que aquí en España esta industria está mucho más atada al devenir de esos países y a los gustos y el sistema que tienen esas naciones a la hora de hablar de ficción, porque estamos hablando de ficción siempre. Al final esta es un arma, una herramienta, muy poderosa para hacer valer la tradiciones y la historia de cada país. Todos los países tienen sus tradiciones, sus culturas y sus leyendas, lo que pasa es que algunos han sabido venderlas mejor, todo se reduce a eso.
Algunas series como 30 Monedas, o videojuegos como Blasphemous, están intentando tender un poquito más a lo local, al folclore de aquí, y vemos que sí que están teniendo gancho fuera. ¿Crees que eso va a servir para que nosotros revisemos nuestro folclore de una forma diferente?
Pues sí. Creo que últimamente se están abriendo paso, sobre todo a nivel de ficción escrita y de cómic, que son medios mucho más baratos de producir. En estos medios ya hay obras buenísimas y tenemos autores geniales que utilizan muchas tradiciones para hacer obras de ficción geniales. Pero es verdad que hace poco se está extrapolando a otros ámbitos culturales, y a venderlo fuera, que es lo importante. Blasphemous ha sido todo un éxito, a mi parecer, porque recurre a unas tradiciones que son muy desconocidas fuera y que visualmente, en este caso, son muy atrayentes para el público externo. Poquito a poco se va utilizando más esa atmósfera y toda esta serie de elementos culturales propios, y yo creo que si sigue así hay un futuro bastante prometedor en ese aspecto. Porque, y repito, es muy importante centrarse en la ficción, ya que al final ese medio es uno de los más potentes, no solo para transmitir, sino para evitar que se pierda este folclore y tradiciones. Todos conocemos leyendas anglosajonas, pero de aquí conocemos pocas, y creo que estas obras son muy importantes para evitar que estas historias propias tan bonitas se pierdan.

La luna es, en muchas regiones, fuente de leyendas y cuentos.

El verkami está siendo un éxito, conseguisteis lo que os proponíais en menos de un día.
13 horas. Salió a las 9 de al noche y a las 10 de la mañana siguiente ya lo teníamos (ríe).
¿Esperabas esta acogida?
A ver, al ser un trabajo que ya había hecho previamente con el hilo de Twitter, sabía que era algo que interesaba a la gente, algo que pone de manifiesto que nuestras raíces y nuestras leyendas interesan mucho. Pero este éxito no me lo esperaba, yo sabía que mis amigos y familiares iban a contribuir (ríe), y quizás algún loco de internet, hablando rápido y mal. Esta acogida no me la esperaba para nada, y está siendo espectacular. Vamos contentísimo. Sobre todo los primeros días, que entraba cada dos por tres al verkami a ver si había subido.
¿Cómo te afecta esto a la hora de afrontar el libro, te pone más expectativas o te ánima a dar mucho más?
Un poco de las dos cosas. Por un lado que tanta gente confíe en mi trabajo y le guste lo que hago pues es una alegría y da una energía inmensa a la hora de seguir haciéndolo. Pero también por otro lado hay una parte dentro de mí que teme decepcionarlos a todos. Pero bueno, hemos puesto como límite finales de agosto para tenerlo ya el libro en físico, así que intento seguir a buena letra escribiendo, dibujando y documentándome, y de momento puedo decir que el proyecto tiene muchos visos de que va a quedar algo bien bonito.
¿Qué proceso sigues a la hora de descubrir, estudiar y contrastar estos mitos y folclore local?
Este proyecto está dedicado a los ogros. Yo lo he llamado Monstruos Ibéricos, pero realmente está centrado en estos seres y los cocos, los asustaniños. Son esos seres inventados, que al final todos los seres mitológicos lo son, para que los niños de épocas antiguas, afortunadamente, obedecieran y se acostaran a su hora, se lavaran, o hicieran caso a sus padres. Son una serie de criaturas que, a diferencia de otros seres más típicos del folclore más conocidos como pueden ser las hadas o los elfos, muchas veces tienen sus orígenes en épocas más modernas, el siglo XX o XIX, o que procedan de figuras míticas anteriores que se han ido deteriorando hasta verse convertidos en simples ogros. Es gracias a esto que es más fácil localizarla, aunque sus orígenes muchas veces se pierden en la noche de los tiempos. Afortunadamente tenemos en España investigadores muy buenos, que han escrito una serie de obras muy interesantes y que consultando se puede llegar a una serie de conclusiones muy interesantes.
¿Y sobre el dibujo?
Pues una vez que ya me he documentado, imagino e idealizo en mi cabeza cómo debería ser ese ogro, porque algunos son muy interesantes pero las descripciones son muy vagas. Muchas veces te dan una descripción muy infantil, por decirlo de alguna manera, porque te dicen «es un gigante», y tu dices «vale, ¿pero cómo es un gigante?» A partir de ahí siempre e intentado darle, dentro de mi estilo que es así muy retorcido a veces, un matiz más moderno, más detalles, convertirlo en un dibujo atractivo. Hay veces que no se ajusta a la descripción al 100%, pero intento captar el espíritu de cada monstruo a través de sus costumbres, en ocasiones muy peculiares. Hay algunos que están obsesionados con que los niños coman bien, otros con lavarlos, y los torturan de formas inenarrables para darles un escarmiento. En ese sentido he intentado hacer personajes interesantes, atractivos, a veces terroríficos, pero que tuvieran su propia personalidad.

La Paparrasolla, uno de los monstruos más longevos del folclore español

¿Cómo surge ese estilo propio que comentas y cómo terminas descubriéndote a ti mismo como dibujante?
Yo no tengo formación artística reglada, no estudié Bellas Artes, estudié Comunicación Audiovisual, y así nos va (ríe). Siempre me ha gustado dibujar, y el estilo que tengo es el fruto de lo que he ido cogiendo de autores que me han gustado y lo he ido transformando. Me gusta el tema del grabado, aunque todavía no me he metido en la técnica me encantaría aprenderla, y los grabadores antiguos como Durero o Gustave Doré, ese tipo de dibujo en blanco y negro con muchos tramos y muchas trazas. Y después muchos autores e ilustradores de cómics que he ido conociendo a lo largo de mi vida, que he ido copiando en un principio para después ir incluyendo una serie de sus características que me han llamado la atención a mi dibujo. Tampoco es una técnica que tenga mucho artificio detrás, pero es mi forma de expresarme al final.
¿Te has encontrado con alguna ilustración de alguno?
Realmente, al ser unos seres generalmente modernos, no hay grabados medievales por ejemplo, porque en esa época a nivel mitológico se conserva más bien poco. No son como puede ser un dragón, que lleva recogido muchísimos siglos en libros y bestiarios. Estos son monstruos más locales, que no han tenido la suerte quizás de ser dibujados. Sí que hay ilustraciones, a veces modernas, en obras que los estudian, pero estas son muy pocas porque se suelen estudiar más hadas o elfos o seres más mainstream, por decirlo de alguna forma. En la mayoría de los casos llegan un poco a ciegas.
Hablas de que son creaciones más modernas, pero hemos visto en otras culturas, como por ejemplo con los hermanos Grimm y toda la recopilación que estos llevaron a cabo sobre cuentos y folclore germánico, que sí que existían mucho antes. ¿Crees que estos cuentos e historias más modernos pueden tener una procedencia más antigua?
Sí, a ver, son creaciones modernas como tal, pero todos beben de fuentes antiguas. Por ejemplo, y siguiendo con los hermanos Grimm, estos tienen un cuento recogido, que aquí en España se llamó Las asaduras del muerto, que es bastante macabro, y que tiene sus reflejos en algunos seres que he recogido en Asturias o Andalucía. Este cuento tiene, básicamente, una moraleja de no meterse con los difuntos, y te muestra una serie de difuntos que vuelven de la tumba con una serie de características muy peculiares. En estas dos regiones he encontrado historias que beben de ella, versiones de este cuento que crean sus propios ogros La concepción como tal del ogro, la figura final, si que viene, por ejemplo, del Hombre del Saco o del Sacamantecas, que vienen del siglo XIX o XX, pero al final la figura de secuestrador de niños viene de mucho más atrás. Hay algunos ogros que vienen de obras muy antiguas, por ejemplo la Paparrasolla, que es un ser que está en muchas partes de España. Hay un texto del siglo XV o XVI, una obra de ficción, en la que un personaje dice «pues voto a dios que no se lo comió la Paparrasolla». El monstruo se sigue usando en algunos pueblos a día de hoy para asustar a los niños, aunque al final es una palabra que ha hecho un largo recorrido histórico para acabar siendo lo que es ahora mismo.
Comentas de que hay paralelismos entre una leyenda asturiana y una andaluza. ¿Qué relación crees que existe en ese parentesco? En esas leyendas un poco más genéricas y no tan locales.
Hay muchas leyendas que, aunque parezcan muy propias de un sitio específico, como la Tragantía que es muy característica de Jaén, solo dan esa imagen porque, en este caso, el pueblo de Cazorla ha sabido vender su leyenda, pero Trangantías hay muchas. En Castilla-La Mancha, en el pueblo de Granatula, está la Trocanta, que también es una mujer serpiente. O en Extremadura están la Zaragotía o la Caragotía, que al final son versiones de la misma historia. Muchas son figuras creadas en el siglo XIX o XX, como decía antes, pero otras vienen de leyendas muy antiguas que se van transformando. La temática de las mujeres-serpiente es algo que está presente en las tradiciones de hadas y moras, que es como se le llamaba aquí a las hadas y seres feéricos en muchas partes de España, y también están muy relacionadas con la figura del dragón y el cuélebre, porque suelen ser protectores de tesoros y de damas encantadas, figuras que están ancladas a un determinado lugar y que solo aparecen en determinados momentos, como la Noche de San Juan. Al final son muchísimas leyendas muy antiguas que se van juntando para acabar formando seres como la Tragantía. Son elementos folclóricos que se van juntando y que terminan formando leyendas, pero es muy complicado seguir un rastro real a estas tradiciones. Muchas veces viajeros o trovadores iban contando esas historias, y estas se iban encajando en cada lugar hasta volverse propias de la zona. Es muy complicado dar con un eje central de cada leyenda, pero eso es lo bonito, porque empiezas a leer y ves como se forma una narrativa compartida.

Ilustración de la Tragantía de Cazorla

¿Cuál es la creación más moderna que has encontrado?
Hay ogros muy llamativos surgidos en el siglo XX, cuyos orígenes provienen de criminales o, un caso especialmente curioso, de la Guardia Civil. En algunos pueblos, tras la Guerra Civil, asustaban a los niños con que venían los Civiles, que era una pareja de la Guardia Civil (risas). También hay algún asustaniños que he puesto más bien como curiosidad, seres y leyendas inventados por los propios folcloristas. Recuerdo uno específicamente, Manuel Llano, que era un señor que se dedicaba a recoger en sus libros leyendas de Cantabria, y muchas veces se las inventaba él y las hacía pasar como leyendas reales que se llevan contando desde hacía mucho tiempo, y tu claro, las lees ahora y dices «¿pero qué…?». En el libro recojo uno, que es el Cuegle, que lo describe de forma completamente esperpéntica, porque es una especie de monstruo muy peludo con tres ojos, con un cuerno que le sale de la frente, con tres brazos que no tienen dedos y que cogía a los niños de las cunas y se los comía a menos que hubiera una rama de acebo colgada, que era como una protección específica contra este ser. En fin, una descripción muy rocambolesca, y es que resulta que era algo que se había inventado el tío. Él mismo también recoge a muchos seres que sí están documentados, pero este en concreto es algo que se inventó y que si leemos, porque hubo muchas peleas en el siglo XX entre folcloristas (ríe), vemos que este señor pues se había inventado un montón de monstruos, y algunos de ellos se siguen creyendo reales a día de hoy.
Extracto de una carta, sacado de la obra Gnomos de Jesús Calleja, en el que se dislumbra ese «combate» entre folcloristas
Sé que aún no ha salido este libro y que te quedan, por lo menos, cuatro meses de trabajo, pero ¿te ves haciendo otro libro después de este?
A mí ganas no me faltan, sobre todo después de ver la buena acogida que está teniendo este proyecto. Pero ahora mismo estoy centrado en este, aunque siempre he tenido muchas ganas de escribir sobre ficción propia o sobre más folclore español, por ejemplo me gustaría mucho hacer uno sobre magos que ha habido a lo largo de la historia. De hecho hice también un hilo en Twitter sobre Enrique de Villena y la cueva de Salamanca, que es un personaje histórico que me fascina. Realmente hay mucho material, y creo que la gente está deseando que no le presenten un mamotreto, porque si a ti te dan un libro muy antiguo o muy desactualizado tu de primeras te echas atrás. Pero si presentas un libro de forma bonita e ilustrado que cuente todo esto, que se divulgue de una manera interesante para todo el mundo, creo que la gente está deseando saber sobre estas cosas porque son muy desconocidas, y realmente hay un montón de material, así que hay una veta ahí.
¿Crees que tu libro abrirá paso a más obras que pretendan acercar esas leyendas a personas, lejos de esos mamotretos que comentabas antes?
A ver, que los mamotretos son muy importantes. Estaba pensando en autores del siglo XX que realmente eran unos genios y unos tíos comprometidos como Julio Caro Baroja o el padre Barandiarán, pero es verdad que son libros muy extensos, y sobre todo muy difíciles de encontrar. Hay obras modernas muy buenas, y yo para este libro he consultado muchas. También hay un estudio de ogros, aunque no es un bestiario como tal, que se titula Los dueños de los sueños de Jesús Callejo, que además el propio Jesús me ayudó a localizar algunas fuentes bibliográficas y no se lo puedo agradecer lo suficiente. Ojalá mi libro, al ser más «accesible» debido a que son textos cortitos pero bien documentados con una ilustración cada uno, haga que a la gente le entren ganas de conocer más leyendas y más folclore de la península. Pero quiero recalcar que ya existen obras muy buenas. Yo creo que el problema real de estas obras españolas es la difusión, porque son temas muy de nicho, que parece que solo le interesa a unos pocos, pero que presentándolo en el envoltorio adecuado y por los lugares adecuados, se descubre que a la gente le gustan estos temas y les interesan, poco a poco se irá llevando a la gente estas historias medio olvidadas, que están en ese duermevelas entre el olvido y el recuerdo. Eso es lo realmente importante, que no se olviden.

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