(Por qué) Dr. Mario World es mejor de lo que piensas

17 julio, 2019Manu Delgado

Es curioso cómo en cada lanzamiento de un nuevo videojuego móvil de alguna franquicia de Nintendo muchos pasamos por las mismas fases: en un primer momento hay cierta ilusión, porque al fin y al cabo no deja de ser un nuevo producto protagonizado por los personajes más carismáticos del medio, pero a posteriori esa ilusión se transforma en miedo al comprobar cómo se ha tergiversado la esencia de la obra en cuestión en favor de la monetización tan peculiar y agresiva a la que nos tiene acostumbrado el mercado móvil.

Creo que he probado todos los juegos que Nintendo ha sacado para móviles y, de todos ellos, no he seguido jugando regularmente a ninguno. Ni siquiera si metemos en ese saco a Pokémon GO (aunque técnicamente no compute como juego de Nintendo). Sus sistemas no han terminado de cuajar y sólo han conseguido incitarme a volver a sus entregas completas (si ese es uno de sus objetivos o no daría también para debate). Me ha pasado eso, como digo, con todos los juegos móviles de Nintendo… excepto con uno: Dr. Mario World.

La última propuesta de Nintendo por abordar las tiendas de aplicaciones móviles parecía evidente, de algún modo, aunque su resultado final no sea el esperado. Dr. Mario es una franquicia de segundo nivel en términos de relevancia, una que lleva mucho tiempo sin una iteración que haga honor al nombre y de la que, por razones evidentes, muy poca gente se acuerda. Durante muchos años ha estado relegada a recuerdo, a skin nostálgica en un juego más grande. Con esta versión móvil se podía confiar en la redención del doctor-fontanero por el simple hecho de la gran adaptabilidad de sus mecánicas clave al aparato táctil: cualquiera podía imaginar una partida básica del Dr. Mario de NES en una pantalla móvil porque las stores de apps digitales están plagadas de juegos del estilo.

Aunque, eso sí, habría que ser muy ingenuo para pensar en un port 1:1 de la propuesta original pero con controles táctiles, por muy atractivo que suene para el jugador final; desgraciadamente en este sector del videojuego no se estilan los modelos clásicos de marketing y lanzar un título completo a precio cerrado es poco más que un suicidio comercial. Todos tienen una triquiñuela económica, incluso en el peculiar modelo de Super Mario Run. Los socios de Nintendo en este caso lo dejaban claro por si alguien tuviera alguna duda: LINE y NHN son expertos en desarrollar, publicar y vender juegos free to play para móvil con más afán recaudatorio que interés lúdico. Y Dr. Mario World no iba a ser una excepción.

La entrega World dentro de la serie Dr. Mario hace del juego un ente completamente irreconocible dentro de la franquicia: aunque el objetivo siga siendo el mismo, combinar cápsulas con bacterias del mismo color para limpiar la pantalla, en este caso los medicamentos suben en vez de bajar, como en el juego original. Aparte de eso, que no deja de ser una modificación mecánica sin demasiada importancia, se incluyen ciertos cambios que sí diluyen la idea original hasta convertirla en un juego de móvil más: cada partida consume vidas, que se recargan esperando o pagando dinero real, y en ellas ganan peso una serie de ítems modificadores del juego que también se presentan en forma de consumibles que adquirir con tiempo de juego o mediante desembolso de no pocos euros.

Todos los adornos que cuelgan de Dr. Mario World lastran la experiencia jugable a un nivel mucho más grave de lo que cabría esperar: el juego es incómodo, facilón y lento. No sólo flaquea como Dr. Mario por su pésimo diseño de niveles y su falta de ritmo, sino que tampoco es competente dentro del mercado móvil. Cualquier conecta-cuatro clónico es más adictivo (que no bueno) que Dr. Mario World.

Sin embargo existe una faceta mucho más llamativa y sorprendente dentro de este nuevo juego móvil de Nintendo: hasta ahora sólo he estado hablando de la vertiente singleplayer de Dr. Mario World, del Modo Aventura como lo llaman en el propio juego, pero cuando se consigue superar el Nivel 20 del recorrido principal se desbloquean ciertos contenidos extra entre los que se encuentra el Modo Duelo.

Con el Modo Duelo se abre un mundo de posibilidades. Manteniendo las mismas mecánicas básicas del Modo Aventura, esta vertiente de Dr. Mario World nos enfrenta a otros jugadores (desconocidos o amigos) en una batalla a uno contra uno en la que perderá aquel que permita que la pantalla se llene de piezas hasta tocar la parte inferior. Como en Tetris pero a la inversa. Aquí desaparece la parsimonia del Modo Aventura y la lentitud de la piezas se ve sustituida por un frenetismo forzado por la competición directa: ver al enemigo limpiando la pantalla te agita y fuerza a ser rápido en tus movimientos para quedar por encima de la línea de la muerte.

En el Modo Duelo se disfrutan partidas vertiginosas con la rapidez de la que adolece el Modo Aventura. El primero es todo lo divertido que no es el segundo. Y es curioso porque hasta que no llevas un buen rato jugando al primero no te dejan acceder al segundo. Jugar a Dr. Mario World en competitivo online emite unas sensaciones similares, a un nivel más comedido, al ritmo de juego de Tetris 99, siendo la experiencia más cercana al juego de Switch que se puede probar en un verdadero dispositivo móvil, con el extra de la inmediatez de sus partidas rápidas.

Quizás la diferencia pueda parecer escasa a simple vista, pero se percibe con fuerza en el feeling de cada partida: durante el recorrido para un jugador (muy similar gráfica y jugablemente al de Candy Crush) cada nivel está diseñado con pereza para que sea el jugador quien desentrañe un pobre puzle que se irá intrincando fase a fase con el objetivo de hacer necesarias las ayudas de pago; uno deja que las píldoras suban lentamente por el espeso líquido hasta llegar a su destino y completar la serie que haga desaparecer a las bacterias. Es bastante aburrido.

Las partidas en el multiplayer son otro cantar: en vez de dejar flotar las cápsulas con parsimonia, el ritmo de la partida te lleva a cogerlas y colocarlas rápidamente donde encajen. Es un juego mucho más rápido porque ves cómo el contrincante  te lleva ventaja mientras a ti se te acumula el trabajo en tu pantalla.

Si el Modo Aventura de Dr. Mario World es un Candy Crush descafeinado, el Modo Desafío es un Puzzle Bobble moderno. Evidentemente no se libra de toda esa parafernalia que rodea a los juegos de móviles, acercándolo al estilo de Clash Royale y derivados, pero su buen hacer y, sobre todo, el ir acompañado de un modo singleplayer soporífero y mal diseñado, hacen de Dr. Mario World un entretenimiento móvil que disfrutar con moderación en partidas cortas competitivas.

 

 

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