Nintendo y la presentación de Switch Lite, una cuestión de eficiencia
Recuerdo el estreno de Switch en el primer trimestre de 2017. Resultaba extraño que Nintendo perdiera el tren de las ventas navideñas nada menos que para estrenar nuevo hardware. Era mucho lo que se jugaba la compañía de Kioto tras el sonoro fracaso de su anterior máquina de sobremesa, una WiiU que no habían sabido vender desde su mismo y confuso nombre. Fueron las consolas portátiles las que salvaron los muebles a duras penas en aquella difícil etapa. Y fue curioso observar en las estanterías de los centros comerciales cómo compartían espacio hombro con hombro los juegos de la recién llegada Switch y los de la familia DS (3, 2 y New).
La nueva máquina resultaba a todas luces sorprendente por su versatilidad, que ofrecía posibilidades conjuntas inéditas para el usuario medio. Nada menos que tres formas de jugar: TV, portátil y lo que lo que me dio por llamar el «modo patilla». Un todo en uno imbatible que además sorprendía continuamente desde su supuestamente limitada potencia, recibiendo juegos triple A de unas amigables third parties que habían, sin embargo, dado la espalda a la injustamente vilipendiada WiiU. Pensé viendo aquellas estanterías que Nintendo se estaba haciendo la competencia a sí misma. Para mí, que Switch fuera portátil invalidaba a la ya más que agotada Nintendo 3DS/2DS. También pensé en aquellos primeros meses que la nueva consola rompería cualquier techo posible en cuanto Nintendo dirigiera el esfuerzo de sus equipos a la traslación del sólido catálogo portátil a sobremesa. Fire Emblem, Pokémon, Kirby, Zelda, Profesor Layton… Estamos en 2019 y en lo que queda de año llegarán precisamente, ya lo saben, Fire Emblem Three Houses, Pokemon Espada/Escudo y la conversión de El misterioso viaje de Layton. El éxito, ya lo saben también, llegó a la consola mucho antes y de forma apabullante.
Ahora mismo Nintendo Switch alberga en su catálogo lo mejor de las sagas insignia de la compañía, sorprendentes conversiones de títulos third partie Triple A y una auténtico vergel de creatividad en lo que al juego indie se refiere. Y en estas que se anuncia Switch Lite, una versión reducida en tamaño y posibilidades con respecto a su hermana mayor. Se ha mantenido la nomenclatura que ya es vox populi para no marear al personal, pero la verdad es que el concepto que ha hecho famosa a Switch y que impregna su propio nombre está ausente en Lite. Esta es eminentemente portátil, perdiendo así la opción de jugar en la televisión. Tiene los controles integrados en la carcasa, por lo que también desaparece el «modo patilla», amén de la tan publicitada vibración HD, la cámara infrarroja y los giroscopios.
Sinceramente, no le he visto sentido al invento en el momento de su presentación. En el teaser tráiler aparece un chico jugando a la Switch en un pantallón para enseguida mostrar a otro feliz echando una partida tumbado en su cama… Cuando ambas cosas se pueden hacer con la consola original. Me resultó triste ver en el anuncio a Yoshiaki Koizumi, productor general de Nintendo Switch, paseando en un entorno blanco mientras enumeraba las características que perdía Lite con respecto a la versión insignia. Se ponía junto a una enorme tele que contrastaba su pantalla negra sobre el fondo blanco inmaculado solo para decir que Lite no podría usarse en ella, y así todo: “Para transportarla más fácilmente, la unidad principal y los controles están integrados en el mismo dispositivo”… ¿En serio? Resta y sigue. “Se han eliminado la cámara infraroja de movimiento y la vibración HD”, “Necesitaréis mandos Joy-Con adicionales para jugar a títulos como 1-2 Switch, que requieren controles de movimiento”… Me vino a la cabeza Nintendo 2DS, aquella versión capada de 3DS. Pero entonces tenía sentido. Estaba enfocada a un público infantil. Aquella consola perdió el 3D porque el efecto no gustaba a todo el mundo y además se desaconsejaba para menores de siete años, y era rígida porque estaba comprobado que los chavales hacían trizas más pronto que tarde las bisagras de la versión plegable. Sí, como digo, tenía sentido.
Si busco coherencia en Switch Lite no la encuentro en lo que han contado sino en otras cosas. Lo primero que pienso es que supone la jubilación de 3DS (sé que los comunicados oficiales que llegan desde Japón contradicen esta idea pero, al tiempo). Es evidente su agotamiento, y Lite es un perfecto relevo, un caballo de Troya con el que muchos usuarios que ignoran las plataformas de sobremesa pueden dar el salto a la familia principal. Desaparece además de un plumazo la compartición de recursos por parte de Nintendo que ya comentaba al principio de este texto. El calendario de lanzamientos para la vieja portátil es ya un erial. Hace tiempo que lo dio todo y muy bien, ahora los esfuerzos están dirigidos a la nueva reina de la casa. Han sido muchos años de alegrías, pero hasta aquí llegó. Su sentencia de muerte está más que firmada.
La unificación de equipos y esfuerzo valdrá la pena. En Nintendo lo comentaron en más de una ocasión durante los tiempos difíciles de WiiU, han sufrido mucho con el aumento de recursos que supone el desarrollo de juegos en HD para sobremesa.Con Switch en solitario copando de frente también el mercado portátil compartiendo juegos, se optimizarán resultados. Da igual si Lite tiene o no éxito, recordemos que todo lo que hace esta ya está en su hermana mayor. Que cada cual decida si los aproximadamente cien euros de diferencia en el precio valen o no lo que se pierde por el camino.
Switch Lite no es pues una concesión al público, sino una necesidad de la compañía para poder seguir creciendo de la mejor manera posible. El objetivo principal está sobre la mesa, y todos los focos apuntan ahora en una misma dirección. No lo duden, Nintendo ganará con ello, pero estoy convencido de que sus usuarios también.