El nuevo baile de Pablo Solo
Hace unas semanas, el cántabro Pablo Fernández, más conocido por su nombre artístico, Pablo Solo, sacó un EP titulado Slow Dancing, un trabajo grabado y producido por él mismo que hace patente el virtuosismo pop de este músico. Con un sonido muy McCartney tanto en el bajo como en la estructura de las canciones y las letras, resulta un canapé muy apetitoso para los paladares más exquisitos.
El aperitivo comienza con Slow Dancing, una canción compuesta por John Simon (productor de artistas como The Band, Simon & Garfunkel, Leonard Cohen o Janis Joplin) que no apareció en su último álbum, formado íntegramente por composiciones de este. Pablo convierte la letra de Simon en una balada refrescante, nada pegajosa. Su voz, en comunión con la de la malagueña Anni B Sweet, hace del binomio un gran equipo vocal que se balancea al ritmo de la música. Los coros forman parte del cuerpo de baile que se encuentra en la pista acompañando a los protagonistas. Una crujiente guitarra que marca ese ritmo acompasado propio de una balada; un bajo sencillo e imponente; y una batería son más que suficientes para hacer de este tema un himno para los románticos nostálgicos. En la recta final, un sintetizador aparece para fundirse con sus voces, como el biombo de una habitación que separa otro espacio.
Ese otro espacio es It’s you, Lady. Una canción con aires setenteros que recalca la habilidad de Solo para tocar la guitarra, los teclados, jugar con las voces en los coros, tocar la batería, e incluir el bajo.
La inminente y breve Tears no necesita más que un minuto y cuarenta segundos para encararnos con una de las características humanas más controvertidas: la contradicción. La contradicción que se da entre lo que uno quiere y lo que realmente sucede. Solo no quiere pensar más en ese amor que le arranca las lágrimas, pero no puede evitar pensarlo y seguir teniendo sentimientos hacia él. Una canción que cada vez aporta más instrumentos – sintetizador, trompeta, saxofón – en su incesante in crescendo emocional.
El último corte del EP está protagonizado por Fruit Purée, una canción con aires tropicales y melosos, como morder un mango en su justo punto de maduración. Una delicatessen para los oídos más delicados. Con arreglos finos y cuidados, el tema te deja con una sensación de estar flotando en una tranquila playa, bañada por un sol agradable y bajo un cielo azul.
Ya solo queda esperar al próximo disco de Pablo Solo, en el que nos invitará a seguir comiendo y bailando al son de su atemporal música.
Puedes escuchar el EP en este enlace