¡De locura! Maneater y Saints Row the Third Remastered
Uno de los mejores arranques de un videojuego que me viene a la memoria es el de Saints Row the Third. ¿Recordáis? Aquella locura de asalto al banco por parte de una banda de criminales famosos, que utilizan cabezones de sí mismos como máscaras, se lían a tiros con la policía, se llevan una caja fuerte en volandas con un helicóptero y se parten todos de risa. Una locura que comienza disparando la adrenalina del jugador y que deja para más tarde todo lo engorroso de crearse un personaje que forme parte de la banda, adaptar las opciones online y demás menesteres. Tras semejante inicio, Saints Row the Third se convierte en un derroche de mala baba, situaciones absurdas que casi parodian las películas de acción o los juegos de tipo GTA, y una aventura desternillante.
Incluso sus expansiones son de lo más loco.
Gracias a la agencia Koch Media voy a hablaros de dos títulos que emplean el humor absurdo, la mala leche, lo políticamente incorrecto y la casquería para enganchar al jugador y vapulearlo a base de contenido altamente inflamable. Se tratan del mencionado Saints Row the Third Remastered y del irreverente Maneater, ambos editados por Koch Media, que me envió ambos juegos para hacerme el calor del verano más pasable. ¡Gracias!
Supongo que pocas presentaciones hacen falta para el primero de la lista. La remasterización de un clásico moderno que ya me pude pasar en su edición de Nintendo Switch hace cosa de un año y que llega ahora con una revisión gráfica y sonora por sorpresa. Un juego de mundo abierto en que deberemos encumbrar a una banda de criminales de lo más peculiar, donde las escenas de acción absurdas, los momentos desternillantes, los vehículos que parecen sacados de Los Autos Locos, alienígenas, zombis y lo que quieran echarnos por delante componen una gran cantidad de horas de juego.
Quizás estemos acostumbrados al rollo criminal en el videojuego gracias a enormes títulos como GTA, la saga Yakuza o (para los más nostálgicos) Sleeping Dogs, pero la franquicia Saints Row comenzó su andadura de la mano de Volition Inc. allá por el 2006 con un título algo más conservador. Su viraje hacia el humor le ha sentado bien, y esta tercera entrega cosechó éxito a nivel mundial. Pero una remasterización ha sido algo inesperado, pues no hace tanto de la genial versión de Nintendo Switch y el juego había envejecido francamente bien (se estrenó por primera vez en 2011). En este re-lanzamiento se mantienen todas sus locuras, desde el editor de personaje en que se mide el atractivo del personaje femenino por el tamaño de los pechos y en el masculino por el del paquete, hasta las expansiones (de las cuales mi favorita es Gangstas en el espacio, cuyo título ya explica todo). Todo esto junto en un solo pack que ha visto su apartado gráfico sorprendentemente mejorado.
Tanto en las cinemáticas como en el gameplay, los personajes presentan un diseño algo más realista, alejados del tono cartoon que siempre salva muy bien los muebles, pero que denota el intento de salvaguardar las carencias gráficas. Y es que Saints Row the Third desde siempre fue un juego con la ambición de un Just Cause: que todo se pudiera destruir, que el mundo fuera el cajón de juegos de la persona a los mandos. Con esta nueva edición, lo consigue mejor de lo que hizo hace nueve años (aunque ya entonces estaba muy bien), y gráficamente no sufre tanto.
A nivel visual, la remasterización casi podría llamarse remake y no creo que muchos se quejaran. La iluminación ha cambiado por completo, los personajes presentan nuevos modelados y los efectos son mucho mejores. Ahora la ciudad parece más viva, los colores más intensos, podemos ver desde el escaparate de las tiendas qué hay dentro, y en general el juego ha dado un salto bastante inesperado para tratarse de una remasterización. En la versión de PS4, que es la que he podido jugar, se aprecia que el popping está mucho más disimulado, o directamente ha desaparecido, pero algunos problemas de los que ya se quejaba la primera versión del juego siguen presentes aquí. Por ejemplo, la IA de los enemigos. La profundidad de la acción pasa bastante desapercibida y los tiroteos son más bien una excusa para destruir todo a nuestro paso, sin sentir en ningún momento una verdadera dificultad o un reto jugable. Estos es una ensalada de balas, y cuanto antes lo aceptemos, mejor.
Pero estos pequeños fallos no deslucen lo que es un juego muy divertido. Saints Row the Third Remastered sigue siendo una verdadera locura, y me sorprende verle algunas notas y análisis más bien escuetos. Los amantes de la destrucción y la locura se lo pasarán en grande con este título, y la edición remasterizada con todas las expansiones, obra de Sperasoft, es la excusa perfecta para pasar mejor este caluroso verano.
La cuarta entrega, Saints Row IV: Re-Elected se lanzó en Nintendo Switch antes de dar comienzo la pandemia, pero no he podido jugarlo. Todavía.
El siguiente título del que voy a hablar también es de Koch Media y también es una locura jugable, con una premisa quizás más loca que el anterior. En Maneater somos un tiburón que deberá comerse lo que pille. Pero también es una suerte de RPG de mundo abierto donde evolucionar y adaptarnos al ambiente será la clave de nuestra supervivencia.
¿Sabéis esa idea peregrina que alguna vez a todos y todas se nos ha ocurrido en una tarde con los amigos? Pues de algo así debió surgir este juego en las oficinas de Blindside Interactive, padres de este Maneater. La premisa del juego es que somos un tiburón perseguido sin descanso por un capitán, una especie de capitán Ahab, y la supervivencia en un entorno tan hostil depende de que crezcamos y nos volvamos una bestia de la naturaleza. La excusa narrativa es un programa de televisión sobre estos escualos (de hecho, el narrador nos recordará en todo momento uno de esos documentales de fauna que parecen poco serios, extraídos directamente de la tele basura americana y que aquí amenizan alguna que otra tarde), y las mecánicas son las propias de un action RPG: combate, niveles, habilidades, exploración… En serio, poca broma con Maneater porque comenzar a jugarlo es perderse en una fantasía de locura.
El gran atractivo del juego es, desde luego, convertirnos en un tiburón que va cazando bañistas incautos, enfrentándose a cazadores y desarrollándose hasta convertirse en un monstruo más propio del Pleistoceno, pero es un juego más profundo de lo que parece. Primero porque la exploración se desarrolla en dos niveles: como escualo, gran parte de nuestro tiempo lo pasaremos bajo el agua, un escenario lleno de fauna, secretos que descubrir, barcos y cementerios hundidos…, pero también subiremos a la superficie, pudiendo atacar a los humanos mientras recorremos la superficie con nuestra aleta fuera del agua (al puro estilo de la cinta de Spielberg). Estos dos niveles de exploración funcionan a la perfección, dándonos la sensación de dos mundos juntos pero muy diferenciados. Sorprendentemente hay muchos secretos que descubrir, localizaciones ocultas y hasta misiones secundarias, y la historia principal se desarrolla con bastante humor. Además, el control del tiburón está muy bien conseguido (de nuevo, la versión que he probado es la de PS4) y en ningún momento me he sentido “descabezado” en un título que tenía todas las papeletas para ser una mamarrachada.
Contra todo pronóstico, me ha encantado este Maneater. Lo irreverente de su propuesta se compensa con un juego a la altura, unos gráficos estilo cartoon que suavizan un tanto la violencia y le dan al conjunto un aspecto más amable; una buena localización al castellano y unas mecánicas bien implementadas. Como primer lanzamiento de este equipo, es un goce, y como idea más bien ridícula que se puede sacar adelante con buenas decisiones, un ejemplo a seguir. De nuevo, las notas que he visto en otros medios no creo que le hagan justicia. Sí, es un juego ligero, tontorrón, pero refrescante y novedoso. ¿Y no es eso lo que más apetece jugar en verano?
Echo de menos más locura en los videojuegos. Quizás porque me he pasado cerca de tres semanas sin despegar los ojos de The Last of Us Parte II, o tal vez porque el medio está obsesionado con ser considerado un arte con mayúsculas y acercarse al público adulto (cosa que me parece estupenda). Pero también necesitamos propuestas como Saints Row the Third Remastered y Maneater. Pronto tendremos para disfrutar Destroy All Humans el remake del juego clásico, y también hemos podido disfrutar de varias ediciones de Thimbleweed Park, Catherine: Full Body o Untitled Goose Game, pero no puedo evitar pensar que la acción desenfrenada y la seriedad le están comiendo terreno al humor en los videojuegos. Yo, desde luego, quiero más propuestas como estas. De momento, a todos los que quieran reír y divertirse, os recomiendo Saints Row the Third Remastered y, sobre todo, Maneater.