Crecí en un pueblo en el que una de las principales industrias era una fábrica de Sanyo, y todos los niños tenían juguetes exóticos increíblemente chulos; donde en los cuartos de estar había maquinitas con fontaneros bigotudos saltando sobre tortugas; donde en la tele emitían sin complejos Dr. Slump, Dragon Ball, Saint Seiya, Ranma ½,…