Don’t dream it, be it: The Rocky Horror Picture Show cobra vida en Sevilla
Hay formas y formas de disfrutar de una historia, y luego está la forma de disfrutar de The Rocky Horror Picture Show. Esta película de culto no pide ser vista, pide a gritos ser vivida. El próximo 30 y 31 de octubre vuelve en forma de live show en el cine de Nervión Plaza, en Sevilla, gracias a la compañía teatral Eklectika que apuesta por lo audiovisual, el teatro, la danza y los nuevos formatos. Con el nombre de Rocky Horror Madness Show el live show sevillano arranca su quinta temporada. Y es que The Rocky Horror Picture Show es mucho más que una película, cómo nos recordaba Christian Egea en el segundo número de la revista:
«Cambió el mundo de los musicales, el mundo LGTBI+ y, me atrevería a decir, la cultura pop de todo el globo».
The Rocky Horror Show —antes de añadirle el Picture a su título— nació como un musical estrenado en el Theatre Upstairs (Royal Court), en 1973. Con libreto de Richard O’Brien y dirigida por Jim Sharman llegó dos años después a las salas de cine liderada por el mismo equipo artístico. Pero no se convirtió en un éxito inmediato ni reventó las taquillas. Para unos fue un fracaso, mientras que otros encontraron en ella un espacio seguro para el colectivo: unos fieles que no dejaron de peregrinar hacia ella hasta convertirla en película de culto. Lejos de conformarse con sentarse a ver la película, los más devotos la vivían acudiendo con disfraces y participando de forma activa mientras era proyectada. El Rocky se alimentó de aquel espíritu teatral con el que nació y dejó de ser una obra de teatro, dejó de ser una película, para convertirse en un live show.
«Me gustaría, si me lo permiten, llevarlos a un extraño viaje».
No es un musical, no es un película: es una experiencia
Los live show del Rocky nacieron en la década de los setenta en Estados Unidos. Fueron, de hecho, los que le dieron popularidad a la película. Este tipo de representaciones, por lo general ligadas al teatro underground, se han ido desarrollando en diferentes ciudades con una gran acogida.
Era lo que The Rocky Horror Picture Show necesitaba: una fusión completa entre experiencia audiovisual y teatral. En estos espectáculos, la película es proyectada mientras que un elenco de actores la representa in situ, en el mismo lugar de la proyección y con las mismas líneas de diálogo. Esto supone disfrutar tanto de la película, como de lo que ocurre en escena. En un live show la interacción con el público es fundamental: Dar réplicas antes que el personaje las diga, anticipar un momento exacto, crear bromas y chistes con diversas líneas de diálogos…
En España podemos encontrar diferentes eventos que se han sumado a los delirios del Rocky, el más reciente en Sevilla donde además es un proyecto pionero en la ciudad. Viene heredado de los espectáculos que llevaban más de una década organizándose en ciudades como Madrid o Barcelona, tal y como nos cuenta Marina Bravo, precursora del proyecto sevillano: «Estuve colaborando en Madrid con The Rocky Horror Dramakuin Show y me quedé prendada por el espíritu del Rocky. Cuando llegué a Sevilla pensé que la ciudad debía conocer este tipo de espectáculo y que The Rocky Horror Picture Show tenía que estar allí».
Junto a Nieve Castro y Pablo Espinosa, ambos productores y especializados en teatro y cine respectivamente, mantienen vivo el espectáculo colgando el cartel de “entradas agotadas” en todas sus representaciones hasta la fecha. «Se ha convertido en un fenómeno fan y la gente repite; para nosotras es flipante», nos cuenta Nieve Castro. «Vivimos en una sociedad en la que cada vez tenemos menos tiempo y que lo inviertan en ver lo mismo me parece un lujazo. Esto te hace tomar más conciencia del público. Son una parte más del elenco, tratamos de cuidarlo y añadir cosas nuevas».
Pero, ¿qué tiene el Rocky sevillano para enamorarnos? Vamos a dejar atrás la teoría y empezar a vivirlo desde dentro. Si no habéis estado nunca en este live show, apuntadlo en esa lista de “cosas que hacer” junto a leer Break y respirar.
Rocky Horror Madness Show: rompiendo la cuarta pared
En los live show de The Rocky Horror Picture Show la entrada va acompañada de un conjunto de props que se utilizan en ciertos momentos de la película. Por ejemplo, cuando Janet y Brad circulan bajo la fuerte lluvia tenemos que estrujar un periódico y el conjunto de periódicos arrugados constantemente crean el efecto sonoro de lluvia que envuelve la sala. Lejos de conformarse con esa inmersión para el espectador, cuando Janet y Brad bajan del coche y se cubren de la lluvia con un periódico nosotros hacemos lo propio con el nuestro, mientras el elenco va por la sala salpicando agua. En otros momentos, tendrás que participar de forma activa gritando a pleno pulmón cada vez que se nombra a ciertos personajes, convirtiendo en una secuencia delirante la canción de Dammit Janet o la escena en la que empiezan a nombrarse todos entre sí en el castillo del Dr. Frank- N- Furter.
Esta relación entre espectador e historia es lo más interesante del proyecto pero, a su vez, el mayor handicap para los artistas. «Se rompe la cuarta pared desde un inicio y se involucra al público constantemente, por lo que tenemos que adaptar también el escenario», nos explica Nieve Castro, quien también actúa en el espectáculo.
«Aunque estamos creando un formato nuevo nos servimos del teatral a nivel escénico, por lo que tenemos que medir los tiempos, los cambios de vestuario, transformar la escena… la película es un elemento escenográfico más y el objetivo principal es que el público esté dentro».
Por ello, tal y como matiza la directora de la obra Marina Bravo, «Era primordial que el espectáculo supliera las carencias de la película y contara con la participación del espectador todo lo posible porque no se trata de una adaptación teatral, sino de un formato nuevo».
La sinopsis del evento, por otra parte, sí que es la misma que la de la película. Esta comedia musical rock va encontrándose con los impulsos homosexuales de Brad y los bisexuales de Janet en una oda a la libertad. El live show está acompañado de un elenco de actores cuyo vestuario, maquillaje y peluquería están te hacen sentir dentro del Rocky. Nadie queda indiferente tras una experiencia en el Rocky, como nos recuerda Marina: «Creo que lo que más le gusta a la gente, y lo que más me gustó a mí la primera vez que vi un Rocky, es el hecho de ver cómo se hace realidad la película».
Ver a Frank Furter “salir de la pantalla” y que podamos estar en la misma sala con él es algo que no se vive todos los días. «La gente no está acostumbrada a esa experiencia porque cuando vas al cine es simplemente cine, la pantalla es una pantalla. Cuando vas al teatro solo ves una obra, pero aquí tienes a ese personaje de la pantalla cobrando vida delante de tu ojos y creo que es una de las cosas que más sorprenden del show».
La apuesta por la desinhibición es otro de los puntos fuertes que tiene el Rocky Horror Madness Show. Nieve nos recuerda lo que más nos gusta: «En el Rocky, la gente puede portarse mal». Los códigos de conducta que rigen cualquier espectáculo caen hechos trizas en este live show: «El único código es que te muevas, que bailes, que grites a la película, que estés activo… Es un desfogue sentir que estás rompiendo con las reglas preestablecidas socialmente y se puede ver cómo la gente disfruta y se convierte en un personaje más».
Vivir un Rocky no es una experiencia de una vez en la vida. Es repetir todo lo que puedas porque no vas a ver la película, vas a vivirla.
La nueva normalidad, también en Transilvania
Lo que nació como un proyecto independiente de presupuesto cero se ha acabado convirtiendo en un fenómeno social gracias a la acogida del público. Financiado en sus orígenes por una campaña de micromecenazgo en 2016, a día de hoy es un reclamo artístico para la ciudad que acoge a gente de distintas zonas. «Hicimos cuentas y empezamos a reunirnos cada semana, a hacer brainstorming y a buscar alternativas para conseguir el presupuesto», comenta Pablo Espinosa sobre los orígenes del espectáculo. Al crowdfunding se sumaron otras formas de sacar el proyecto adelante, como organización de fiestas temáticas y eventos, patrocinio de tiendas de ropa, maquillaje, convenios… un trabajo colaborativo que cierra un vínculo social con la respuesta del público en las actuaciones. «Entran a formar parte del propio espectáculo, se suman a este fenómeno y nosotras valoramos cada función como algo único y especial», nos cuenta Marina. «Nos mantenemos activas y creativas para dar algo distinto y para involucrar al espectador un poco más en cada función».
Después del parón obligado, vuelve el Rocky a Sevilla con más ganas que nunca y un elenco formado por Benjamín Lozano (Dr. Frank-N-Furter), Elena Segura (Janet Weiss), Alberto Rojas (Brad Majors), Lola Buzón (Riff Raff), Nieve Castro (Magenta), Ángela Van-Begin (Columbia), Julián Salguero (Dr. Everett Scott/Eddie) y Javier Ruiz-Bobillo (Rocky).
Olvídate de la película. Don’t dream it, be it.