‘Héroes’: una historia de… ¿fantasía?
Alguna vez en la vida hemos oído, leído, o nos han comentado algo acerca del viaje del héroe. Hemos visto, o hemos querido ver, esa estructura en toda clase de obras. Desde que en 1949 Joseph Campbell escribiera El héroe de las mil caras, esta forma de narrar la hemos considerado el canon, el modelo a seguir, la forma correcta de narrar. Y con el paso del tiempo otros autores lo han intentado adaptar a otros medios más modernos, como es el caso de El viaje del escritor, obra que escribió Christopher Volger en 1992 y que ha servido de fuente de inspiración para todas las obras venideras que consideramos que siguen ese «monomito». Pero esta estructura es, cuanto menos, cuestionada. Hay en ocasiones en las que nos faltan pasos, otras en las que se repiten, y alguna que otra en la que queremos identificar una acción o suceso con un paso de manera alegórica porque, hasta cierto punto, necesitamos conocer la estructura de la historia para tener un sentimiento mínimo de control sobre lo que estamos viendo suceder.
Y os preguntaréis: ¿por qué me está hablando ahora del viaje del héroe? Pues porque la obra que hoy comento se llama Héroes… y ya está. Aquí no hay viaje del héroe, ni redención, ni retorno con el elixir, ni encuentro con el mentor, ni nada. Aunque claro, ¿realmente hay héroes en esta obra?
La obra de Inio Asano destaca sobre el resto porque, tras leerla, nos deja un vacío en el pecho que cuesta volver a llenar. Buenas noches, Punpun, Solanin o Nijigahara Holograph, da igual que obra sea, siempre remueve algo ahí, debajo de nuestra piel. Puede ser triste, puede ser crudo, puede hacerte pensar, pero nunca te va a dejar indiferente. Hagamos un pequeño repaso de estas obras.
Solanin fue la obra que lo lanzó al estrellato, y narra la historia de una pareja que, tras salir de la universidad, intentan dejar atrás su juventud para adentrarse en la vida «adulta»: trabajar en algo que no te gusta para llegar a fin de mes y abandonar todos los sueños que tenían, representados en su grupo musical, Solanin. Luego tenemos el título más ambicioso de todos los que ha firmado, Buenas noches, Punpun, que nos cuenta la historia desde la niñez hasta la adultez de Onodera, y todo lo que este paso conlleva. Experiencias vitales que te marcan, los duros varapalos de la vida amorosa de una persona, o cómo hace frente a una familia disfuncional. Podría seguir comentando las diferentes historias de Asano, pero todas tienen una tonalidad similar. Entonces, ¿qué es Héroes? ¿Es una historia de fantasía?
Héroes nos presenta a un grupo de —valga la redundancia— héroes, los cuales acaban de derrotar al Tenebroso, el mal que los había reunido a todos en este viaje. Este había poseído a Cerdino, el antiguo cabeza del grupo, que muere tras el combate. Pero una vez terminado el cometido del grupo, empiezan a verse las fisuras del grupo. Empiezan a pelearse entre ellos, uno empuja a otro, el cual cae encima de una piedra y muere. Ha sido un accidente, pero no pasa nada porque siempre habían pensado que el que ha muerto era muy raro y desagradable. El asesino, en mitad de la noche, oye una voz que lo guía a la tumba de Cerdino, su compañero caído, y así el Tenebroso renace de nuevo en otro cuerpo.
Cada capítulo amanece de la misma forma: un compañero cae en la tentación del Tenebroso, este cae a manos de los héroes, y mientras muere dice sus últimas palabras: «Bravo, héroes. Me temo que había subestimado el poder de vuestro amor y valor. Y sin embargo, aunque mi cuerpo se descomponga hasta desaparecer, el alma de Tenebroso seguirá imperecedera hasta que todo vuelva a la nada». Y cada día el grupo despierta con, al menos, un miembro menos. Al final, las disputas internas en el grupo y las relaciones que existen entre ellos, todos personajes muy diferentes, egoístas y egocéntricos, son las que reviven una y otra vez al Tenebroso. El mal habita dentro de cada uno de los héroes, porque en sus aventuras se han ido creando roces entre ellos, pero con la misión de salvar el mundo siempre habían sido enterrados por el bien mayor, hasta que el mal es derrotado y no queda nada que fuerce al grupo a mantenerse unido.
Héroes es una obra tanto atípica como típica dentro de la larga lista de obras firmadas por Inio Asano. Atípica porque en esta ocasión escoge un universo de «fantasía» en el que transcurre su relato, lejos de nuestro mundo, el cual suele protagonizar todas y cada una de las historias del autor nipón. Pero, a pesar de escoger un mundo de magia y héroes que luchan contra el mal, la historia sigue siendo demasiado real y cruda. Las relaciones internas del grupo, lo que opinan de los otros, cómo se dan a cabo las conversaciones y el lenguaje que utilizan… todo es demasiado real como para que sea una historia de fantasía. Porque al final, la corrupción está dentro de todos y cada uno de los personajes, por muy buenos que sean, ya que son las experiencias que vivimos las que nos hacen darnos cuenta del mundo que nos rodea, en el que el mal está siempre a la vuelta de la esquina.
Y ahora te estarás volviendo a preguntar, ¿y que tenía que ver con nada el viaje del héroe? Pues que esta estructura no tuvo en cuenta al propio ser humano. Las personas son egoístas, y se pueden corromper, ya sea un oficinista, un mangaka o un héroe destinado a salvar el mundo. La obra de Asano se centra en lo difíciles y complejas que son las relaciones humanas, en lo fácil que es que las cosas cambien, en cómo la sociedad y el mundo que nos rodean nos influyen, en cómo lo bueno y lo malo coexisten separados solo por una fina línea.
La obra del autor japonés es, en su totalidad, altamente recomendable. Es verdad que nos deja mal cuerpo, que a veces nos hace llorar, nos entristece, nos hace pensar. Y quizás por eso es tan importante recalcar el papel de autores como él hoy en día, con obras que nos hacen pensar. Héroes es una historia real en un mundo de fantasía, pero no es una historia de fantasía, porque aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Y aunque los problemas se dibujen como héroes, problemas se quedan.