Él era un asesino. Desde bien pequeño, prácticamente desde que tenía uso de razón, matar se había convertido en su principal y única obsesión. Era lo que más le gustaba, lo que más deseaba. Incluso, más que un deseo, era una necesidad. Como respirar, orinar o alimentarse. Una necesidad fisiológica que su organismo necesitaba satisfacer…