En los últimos tiempos se ha vuelto demasiado difícil hablar del crunch en la industria de los videojuegos sin despertar las antipatías de quienes lo banalizan (eso pasa en todos los trabajos, encima cobran un pastón) y de quienes ven en Neil Druckmann (por utilizar el ejemplo que nos ocupa) a una especie de señor…