La resurrección de Capcom
Las empresas productoras de bienes son como los edificios: todas tienen unos pilares que sostienen el enorme peso corporativo a la vez que reflejan la imagen de marca que tratan de proyectar. En el caso de las compañías de videojuegos, estos pilares son las grandes franquicias que las hicieron conocidas atrayendo a un buen número de fans que con su dinero les permitieron invertir en otros proyectos nuevos para tratar de diversificar su línea de negocio. Sony cuenta con God of War, Uncharted o The Last of Us, Nintendo tiene a Mario, Zelda o Pokémon y Electronic Arts sus entregas deportivas anuales o los Battlefield. En el caso de Capcom podemos nombrar a Mega Man y Street Fighter, a los que se sumarían con el tiempo Resident Evil, Devil May Cry y, finamente, Monster Hunter.
El problema viene cuando estos pilares se desgastan y la compañía no es capaz de crear una nueva franquicia que sustituya y refuerce la estructura, amenazando así con derribar todo el entramado que tantos años costó levantar. Es lo que les ocurrió a algunas compañías y es lo que pudo haberle pasado a Capcom de no haber sabido levantar el vuelo a mediados de la presente década. Al igual que en una de sus franquicias más conocidas, la compañía japonesa supo volver a la vida tras una profunda crisis que tambaleó sus cimientos.
Resident Evil apareció durante la generación de la primera Playstation y enseguida cautivó al público por su gran definición de lo que debería ser un survival horror: un título con puzles, munición escasa y un gran número de enemigos en una localización opresiva que transmitiese al usuario una sensación de tensión permanente. La franquicia se consolidó en aquella generación y desde entonces hemos tenido varias entregas en cada una de ellas. En 2012 llegaron dos títulos. En enero se puso a la venta Resident Evil: Revelations, en principio concebido como una entrega menor lanzada para Nintendo 3DS. Aunque funcionó bastante bien, el problema llegaría diez meses después cuando se lanzó la sexta entrega numerada para las sobremesas. Desde la cuarta entrega los puzles habían ido perdiendo importancia en favor de los tiroteos gracias a una munición más generosa. Esa tendencia alcanzó su culmen con esta entrega, adornada por si fuera poco con una narrativa inconexa y bastante pobre. El juego no cumplía ni como juego de acción ni como Resident Evil. La web Metacritic, que recopila los análisis de la prensa especializada, muestra una nota media de 60 para Resident Evil 6. La comparación con Last of Us, que salió al año siguiente y tenía una temática similar, dejaba aún peor parado al juego de Capcom.
Aunque comercialmente funcionase bien, gracias a una base de usuarios atraídos por una historia de entregas de calidad, el título dañó bastante la imagen de la saga. Se empezó a criticar su sobreexplotación, se lanzaron tres títulos solo en 2012, y, sobre todo, se apuntó al hecho de que Resident Evil hubiese abandonado sus raíces. Quizá con vistas a recuperarlas, Capcom rescató el primer título de la franquicia en 2015 y lo remasterizó en HD. El juego mantenía todos los elementos del original de PSX, incluyendo las cámaras fijas. El título volvió a encandilar a los fans.
La salida de este remaster fue el punto de partida, pero las esperanzas de la compañía japonesa estaban puestas en la séptima entrega numerada, la primera para la nueva generación. Los preparativos culminaron con la puesta en marcha del motor que movería el juego, al que dieron el significativo nombre de RE Engine. Este, a diferencia de su predecesor, pronto se manifestó como un motor muy solvente cuyas mayores virtudes eran su versatilidad y su facilidad de programar. Resident Evil 7 supo mantener la esencia que hizo grande a la saga e incorporar pequeñas novedades que la pusiesen al día respecto a los elementos característicos de los survival horror de la segunda mitad de la década. En este sentido se puede destacar la incorporación de la cámara en primera persona que se había usado en títulos como Outlast, Amnesia o Alien Isolation. El resultado fue un éxito de ventas –6,1 millones de copias–, y, sobre todo, de crítica. Metacritic recoge un 86 de media por parte de la prensa y un 7,9 por los usuarios.
Desgraciadamente para Capcom, Resident Evil no era la única de sus franquicias que estaba en crisis. Aunque se podría salvar a Monster Hunter de la quema, el resto atravesaron períodos de pésimas críticas y malos números de ventas. El ejemplo más llamativo fue el pretendido reinicio de la saga Devil May Cry, conocido como DmC. Lanzado al mercado en enero de 2013, aunque gustó a la prensa los usuarios le acusaron de ser un burdo intento de occidentalizar la saga, de presentar un combate menos pulido y de tener una narrativa mediocre. A nivel comercial es el juego menos vendido de la franquicia.
Las cosas no le fueron mucho mejor a Street Fighter o Mega Man, si bien es cierto que sus tiempos de gloria habían sido en las ya lejanas generaciones de 8 y 16 bits. La pérdida de popularidad de los juegos de lucha, género del que sigue siendo uno de sus referentes, afectó al primero mientras que el segundo pareció haber quedado relegado al mercado portátil en forma de recopilaciones de las entregas anteriores.
Mega Man se había quedado estancado desde el año 2010, cuando se publicó su décima parte. Los datos muestran la progresiva pérdida de importancia de la saga. Si el primer título se publicó en 1987, nueve años después ya iban por la octava entrega. Las tres últimas han salido a lo largo de los veintitrés años que nos separan de esta última fecha. Por ello, cuando se anunció la salida de Mega Man 11 fue una agradable sorpresa, pero lo fue aún más al descubrir que era el mejor título en muchos años de la franquicia. El resultado fue un juego de plataformas sobresaliente, con una dificultad muy ajustada y un diseño gráfico que nos traslada inequívocamente a los 16 bits. Cuando la saga parecía haber quedado relegada a un papel menor, Mega Man 11 demostró que aún le queda mucho que decir en el mundo de los videojuegos.
En cuanto a Street Fighter, la quinta entrega se lanzó en 2016 y tuvo una recepción controvertida. Aunque posee una jugabilidad muy sólida y pulida gracias a los treinta años de historia de la saga, las políticas de Capcom para su monetización, incluyendo los controvertidos pases que incluyen nuevos luchadores, han enfadado a muchos usuarios. La última polémica la supuso la inclusión de publicidad en las vestimentas de los luchadores, una característica opcional que tuvo que ser retirada tras la nube de polvo que se levantó. Street Fighter V resulta ser el único punto débil de la que podemos denominar como “nueva Capcom”.
Los dos últimos años han supuesto la recuperación de la imagen pública de la compañía. Al éxito de Resident Evil 7 se sumó el inesperado de Mega Man 11 y el más esperable de Monster Hunter World. Esta última saga, nacida en los tiempos de PS2, siempre había funcionado bien aunque estaba muy focalizada hacia el mercado portátil japonés. Con la última entrega, Capcom decidió dar un paso adelante incorporando un buen número de mecánicas que si bien fueron rechazadas por algunos de los más puristas lograron atraer a un buen número de nuevos jugadores. Además, fue lanzada para PS4, XBOX One y PC, dejando fuera a la Switch que se tuvo que conformar con el port del Generations Ultimate lanzado originalmente para la Nintendo 3DS. El resultado fue un éxito clamoroso. Nominado en los Game Awards para el GOTY, el juego se convirtió en el más vendido de la saga con once millones de unidades vendidas y permitió a Capcom ampliar la base de usuarios potenciales de la franquicia.
Por lo que respecta a 2019, se presenta prometedor. El pasado 25 de enero se puso a la venta Resident Evil 2 Remake. En lugar de remasterizar de manera fiel el original, como hicieron con el primero, en esta ocasión se decidieron por modernizar su jugabilidad y diseño gráfico. El juego es un portento técnico que ha encandilado a los fans, superando los tres millones de ventas una semana después de su lanzamiento y convirtiéndose en el juego más descargado de la PS Store durante el mes de enero. El otro gran lanzamiento de la compañía, Devil May Cry 5, llegará el próximo 8 de marzo y aunque, obviamente, aún no podemos juzgar el resultado jugable, lo que hemos podido ver nos permite apreciar un título muy sólido técnicamente. En definitiva, Capcom supo darle la vuelta a la situación y pasó de ser una compañía histórica que parecía encaminarse hacia su decadencia a volver a convertirse en una de las mejores desarrolladoras de videojuegos en la actualidad. Tras varios años haciendo las cosas muy bien este puede ser el de la confirmación de que la antaño gran desarrolladora ha regresado al Olimpo del videojuego.