Generación Pokémon: 25 años juntos

12 marzo, 2021Breakers

Cuando pensamos en un formato para daros voz a vosotras y vosotros queríamos algo personal, algo que os representara. No queríamos hacer que nos escribierais críticas o solo vuestra opinión sobre algo de actualidad. Queríamos experiencias, recuerdos, aquello que os define y os marca de la cultura pop. El 25 aniversario de una saga como Pokémon parecía el punto perfecto para que hablarais de una saga que nos ha acompañado a muchos —entre ellos el que escribe estas palabras— a lo largo de nuestra vida. Leeros ha sido como volver a mi cama, escondido debajo de las sábanas con una linterna, y al Pokémon Oro, al que tantas horas le eché. Experiencias y sentimientos, jugando solo o con amigos, que aún me hacen sonreír cuando los recuerdo. Por muchos más años de Pokémon, y por más Break It Down con vosotros y vosotras, que nos recordáis lo importante que es la cultura pop y por qué surge un proyecto como Break.


Recuerdo con mucho cariño llegar a casa desde el colegio cuando iba a 5⁰ de Primaria, poner Jetix en la tele y que, justo en ese momento, estuviese empezando el primer capítulo de Pokémon. ¡Pokémon! El juego al que jugábamos todos los niños de clase, en pleno boom del Rojo Fuegoel que tenían todos y Verde Hoja yo era el único que lo tenía . Pokémon, mi juego, en la tele. Llamé a mi madre gritando de emoción y le dije lo que estaba pasando. Ella, claramente, tenía cosas más importantes que hacer, como recoger a mi hermana del instituto. La situación a partir de ese momento era perfecta: Salía de clase, corría a casa y tenía media hora de soledad para disfrutar de mi serie favorita. Luego cambiaron la programación y la Pokemagia acabó.

Ese es uno de los primeros recuerdos que tengo de la saga, pero no se quedó ahí: Cambiarle el Pokémon Amarillo a un compañero por mi juego de la peli de King Kong de Peter Jackson al principio creí que me había engañado porque el Amarillo estaba en blanco y negro, pero con los años salí ganando yo , coleccionar los tazos, ahorrar para el Esmeralda

Pokémon nunca se ha ido de mi vida, hasta el punto de, en segundo de Periodismo, hacer un reportaje radiofónico sobre el 20 aniversario de la saga. Por mucha risa y vergüenza que le diese al profesor, yo estaba bien orgulloso.

Porque puede que la saga haya decaído en calidad y subido en precio, pero nací el año de su creación. Soy generación Pokémon. Llegue donde llegue, será con una Pokéball en la mano.

 

Juan A.


Empecé a jugar a videojuegos con una GB Color y un Pokémon Rojo, al cual le eché incontables horas. Es una saga que me ha acompañado toda la vida, prácticamente desde que tengo memoria tengo 27 años . Cuando no podía jugar a los juegos por no tener la consola en la que salían, o simplemente porque me dejó de gustar la fórmula, ahí estaba el merchandising o las películas y series de animación. Como olvidar esas mañanas en Tele5 levantándome temprano expresamente para ver Pokémon, o esas partidas de tazos en la puerta del colegio y en el patio. O los cientos de cartas del TCG que tengo en casa. Siempre ha estado ahí y creo que siempre estará. Dejé los juegos en Pokémon Esmeralda, pero Pokémon jamás se fue de mi vida.

Ahora no está en su mejor momento monetariamente si, aunque eso es otro tema , pero sigue siendo la franquicia que más me ilusiona, de la que más me emociona ver noticias nuevas. Gracias a ella, después de un largo tiempo sin jugar a videojuegos desde 2012 hasta 2018 , me volví a enganchar con Pokemon Ultraluna siempre lo reivindicaré . Como un ciclo sin fin. Cada nueva entrega es un evento que de una forma u otra, se disfruta. Y ahí estaré yo para jugarla y ver que nos ofrecen.

El remake de Diamante/Perla será ideal para los que no jugaron al original en su día, sin perder su esencia. El anuncio de Legends es muy ilusionante porque parece que por fin han hecho caso a los fans y nos están ofreciendo algo innovador dentro de la saga que rompe con las mecánicas clásicas. Falta por ver que más nos ofrecerá, pero apunta alto. Y New Snap es una cucada.

Por 25 años más, por lo menos.

 

Marc Sacristán García


Ilusión. Lo que sintió aquel niño de siete años cuando se enteró de la existencia de un nuevo videojuego para su Game Boy. Las mecánicas eran bien sencillas: conoce a cientos de criaturas, hazte con ellas y cooperad para haceros más fuertes. En ese entonces, el chiquillo no pensó siquiera en lo extraño que era que la madre del protagonista simplemente le permitiera irse de casa, solo, a cazar. La emoción superaba a cualquier pregunta racional que pudiera pasar por la mente todavía en crecimiento del muchacho.

Y así, tras semanas de intenso ajetreo, tras cientos de combates, logró llegar al llamado Alto Mando. El reto más complicado hasta el momento. Se aprovisionó de decenas de hiperpociones, curas totales y demás objetos que pudieran serle de ayuda ante la odisea que le esperaba. Respiró hondo y, con su fiel equipo liderado por Charizard, plantó cara a los mejores.

La leyenda de aquel chico solo había comenzado. Parecía que esa ilusión se había terminado ahí. Qué errado estaba. Poco más tarde, una cadena de televisión anunciaba la serie animada de ese videojuego que tanto le había gustado, que le había absorbido como ninguno en su corta vida. Y sí, habéis acertado, aquel niño se metió el madrugón de su vida en fin de semana para plantarse ante la pantalla de su pequeña tele para comerse con los ojos aquella serie ¿Anime? ¿Qué era eso? . Los ojos le hacían chiribitas mientras contemplaba como las criaturas que conocía del juego cobraban vida a todo calor y en movimiento en su pequeña pantalla.

Ahí supo que había encontrado algo grande. Que aquellas criaturas habían llegado desde muy lejos, desde una isla muy remota, para quedarse. Para hacerle compañía para siempre.

Aquel niño era yo. El niño creció, pero la leyenda permanece.

 

Yerai

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