‘El Castigador: Bienvenido, Frank’, risas al son de las balas
Cuando pensamos en El Castigador, lo primero que se viene a la cabeza es su trágico origen, la muerte de toda su familia frente a sus ojos. O quizás pensamos en las matanzas que este realiza, un reguero de sangre y muerte por allá por donde va. O puede que hasta pensemos en su pasado, en cómo las diferentes guerras americanas han sido utilizadas como su origen, desde Vietnam hasta Afganistán. Pero nunca lo habíamos visto como un personaje cómico, o así era hasta que Garth Ennis y Steve Dillon cogieron por primera vez al cruzado de la calavera.
Vamos a ponernos en situación. Érase una vez una familia criminal de Nueva York, los Gnucci, formada por tres hermanos y una madre. El más pequeño de los hermanos es un camello, el mediano un buscabroncas iracundo, y el mayor el favorito de la familia —y por consiguiente el más subidito de los tres—. Todo iba bien para los Gnucci hasta que El Castigador baja del cielo —literalmente, aunque ya hablaremos de eso en otro momento—. Al primero lo pilla en una timba y lo deja vivir solo para que avise a su hermano. Al segundo lo pilla en la morgue, donde el pobre no cumple ninguna de las dos reglas de un tiroteo en un depósito de cadáveres: esconderte detrás del cuerpo más gordo y quedarte callado. Y al tercero lo sigue al Empire State, donde lo coge y le enseña Nueva York desde las alturas, hasta que este se estrella contra el suelo. El cielo se abre frente a Castle, y la ciudad le dice, mientras los gritos de cierto mafioso se van alejando para terminar en un sonoro SPLAT: «Bienvenido a casa, Frank».
Ennis y Dillon crean todo un repertorio de secundarios desternillantes que acompañan a un Frank Castle creativo y totalmente desatado. Desde villanos memorables como El Ruso, un matón con dos neuronas que mide dos metros de ancho y otros dos de alto, hasta varios vecinos que conviven con Frank, de los que no voy a arruinar las sorpresas que os darán. Incluso aparece un grupo de «héroes» herederos del ideal del Castigador: El Santo, Venganza y Élite. Todos estos secundarios solo están aquí para cumplir un único objetivo, en palabras del propio Ennis: «Solo pido que te hagan reír y temblar, todo bajo un diluvio de balas automáticas». ¿Qué más se le puede pedir a Castle?
Durante años, El Castigador ha sido un instrumento de ideologías, y cada autor que lo ha recogido ha intentado justificar las acciones de Castle. La etapa de Mike Baron lo mostraba como un héroe callejero, un ciudadano concienciado con la sociedad y que lucha por ella, el último hombre con principios. Pero, en contraposición, Bill Mantlo no pensaba que una persona así pudiera existir, así que lo planteó como un psicópata, un peligro para todos los que lo rodeaban y para la propia sociedad. Pero Garth Ennis fue diferente —por lo menos en su primer acercamiento al personaje—: «Esto es una broma… ¿defender a El Castigador? ¿Justificar lo que Frank Castle le está haciendo a esta pobre y respaldar las acciones de un asesino cuyo número de víctimas debe haber superado las decenas de miles durante mucho tiempo? Será sin mí, gracias». De hecho Ennis es hasta más directo, porque él puede «entender perfectamente que el pequeño ‘hobby’ de Frank Castle merece algún tipo de justificación… Pero solo si eres un idiota».
No hay justificación para las acciones de Castle. ¿Por qué debería? Esto es una obra de ficción, siempre lo ha sido, y así debería tratarse. El Castigador es un personaje que busca entretener, de la misma forma que una peli de Takeshi Kitano o de Quentin Tarantino. Pero los diferentes autores que han trabajado con el personaje han buscado justificar sus acciones, perdiendo así el rumbo y objetivo original de Castle: entretener. ¿Y qué es más entretenido que tiros, sangre y humor subido de tono al puro estilo Ennis?
Panini ha reeditado —¡por fin!— el primer volumen de Marvel Knights: El Castigador, y en un formato tapa dura bastante rentable, todo sea dicho. Yo te diría que fueras corriendo a tu tienda de cómics o librería de confianza y que no dudes en hacerte con esta desternillante obra. Y este es mi yo sosegado, sino te diría que ¿QUÉ HACES QUE NO LO TIENES AÚN?, pero bueno, para eso estas leyendo estas palabras. Te garantizo tres cosas en esta obra: risas, tiros y un dúo de Garth Ennis/Steve Dillon para la posteridad. Bienvenido de vuelta, Marvel Knights: El Castigador.