Cuando Marçal me invitó a escribir este prólogo me sentí sinceramente conmocionada. ¿Yo? Siempre creo que hay gente mucho más preparada que yo y que sabe mucho más que yo. Pero cuando me habló de NES, me recorrió un no sé qué por el cuerpo que me impidió que declinar amablemente la invitación… Seguro que…