Red Dead Redemption y su radiografía del salvaje Oeste
La saga Red Dead cayó en manos de Rockstar un poco de rebote. En el año 2000 la desarrolladora estadounidense Angel Studios comenzó a trabajar en Red Dead Revolver con Capcom como editora. En 2002 Take-Two Interactive, distribuidora de Rockstar Games, compró Angel Studios para posteriormente rebautizarla como Rockstar San Diego. Poco después Capcom decidió cancelar el título pero Rockstar Games compró sus derechos y así terminó su desarrollo. Más allá de compartir ambientación, Red Dead Revolver no tiene mucho que ver con Red Dead Redemption. Mientras que Revolver es un arcade alocado con personajes esperpénticos y una evolución lineal, Redemption es una firme apuesta por recrear un lejano oeste a medio camino entre la historia y la ficción cinematográfica, un universo donde el jugador pueda sumergirse al mismo tiempo que disfruta de un guión y unos personajes bien escritos.
Red Ded Redemption sigue los pasos de John Marston, un antiguo forajido que cambió su carrera delictiva en la banda de Dutch Van der Linde por una vida tranquila en la granja con su mujer Abigail y su hijo Jack. Sin embargo, los fantasmas del pasado le persiguen y unos agentes estatales –cuyos métodos tampoco son precisamente limpios– le obligan a dar caza a sus viejos compañeros criminales mientras mantienen a sus familiares como rehenes. Evidentemente hay similitudes entre RDR y GTA, ya que ambas sagas son sandbox con ambientaciones diferentes. Sin embargo en RDR la experiencia de juego está más guiada por la narrativa y, aunque se puede hacer el gamba disparando a civiles y fuerzas del orden por igual, la historia no se presta a ello. John se ve obligado a cometer varias acciones reprobables, tiene que mancharse las manos de sangre y en muchos casos tendrá que saltar la valla a un lado y a otro para hacer el trabajo sucio de los agentes que le coaccionan, pero todo ello sin perder de vista que la única misión que importa es salvar a Abigail y a Jack. Se trata de un viaje largo y lleno de obstáculos, así que por el camino Marston tiene que trabajar duro cuidando de ganado, cazando, capturando a delincuentes… Pero también hay tiempo de relajarse de vez en cuando jugando al póker o participando en carreras de caballos entre otras actividades. El abanico de opciones y misiones secundarias es inferior al de los GTA, pero es que antes la vida era más sencilla (y no se podía cambiar de emisora de radio en los trayectos a caballo).
A medida que avanza su historia RDR muestra una interesante radiografía sobre los orígenes de la nación estadounidense, un impero que -como tantos otros- se cimenta sobre la violencia hacia otros pueblos y la explotación de los más débiles. Todo este rico trasfondo se desvela en las misiones principales y en diálogos opcionales con un amplio elenco de personajes secundarios profundos y carismáticos que dejan entrever todo tipo de conflictos, como la dificultad de ser una mujer independiente en un mundo de hombres o la tristeza de los nativos americanos que fueron expulsados de sus tierras. En paralelo a la historia, la soberbia atmósfera del juego alberga incontables homenajes a películas del spaguetti western. Sin embargo no se trata de guiños incrustados en momentos concretos, sino un motivo central que evoluciona con naturalidad a lo largo de la trama: duelos de pistoleros al sol, terratenientes despóticos, atracos con rehenes o la justicia del ojo por ojo son algunos de los muchos temas presentes en esta obra. Al margen del juego principal, la expansión RDR: Undead Nightmare supone una divertida gamberrada pulp que presenta un desierto plagado de zombies y modifica ligeramente el estilo de combate, aunque a fin de cuentas acaba resultando algo repetitivo y poco inspirado en la subtrama que ofrece.
Red Dead Redemption 2 se enfrenta al gran desafío de estar a la altura de su predecesor. Las expectativas están muy altas, pero por lo que se ha podido ver y los pases de prensa previos parece que Rockstar no sólo va a cumplir con lo esperado sino que aún se guarda algunos ases bajo la manga. RDR 2 es la precuela de RDR, aunque en esta ocasión el jugador encarnará a Arthur Morgan, otro de los miembros de la banda de Dutch. Esto significa volver a encontrarnos con John y cada uno de sus compañeros, pero esta vez desde un nuevo punto de vista. Quién sabe, a la hora de explorar sus historias personales y sus relaciones puede que incluso se muestre cómo se forja el amor entre Abigail y John.
La experiencia, el tiempo, el presupuesto –y probablemente el crunch– han obrado la titánica tarea de erigir un mundo mucho mayor y más espectacular que el de la entrega anterior, con escenarios más grandes y variados, una fauna diversa y ciudades llenas de vida. En los diferentes avances se ha visto que el campamento es una mecánica central en RDR2 y por tanto será fundamental abastecer a la banda con dinero y provisiones de todo tipo. La caza parece haber recibido un enorme peso en la experiencia de juego, hasta tal punto que abatir a las diferentes presas de forma metódica tendrá su recompensa porque la carne y las pieles en buen estado pueden venderse a un precio más alto. Sobre todas estas capas también parece haberse incorporado un sistema de decisiones morales que puede alterar la historia de forma significativa.
Por último no hay que olvidar las posibilidades del modo online. El primer RDR ya contaba con misiones cooperativas, modos online interesantes y un mundo abierto en el cual se podía deambular libremente, cazar forajidos o tomar posesión de terrenos mientras los jugadores improvisaban alianzas o se curtían el lomo mutuamente. No obstante la progresión del personaje no era muy profunda y el oro acumulado sólo se podía gastar en comprar mejores atuendos, armas y monturas. De momento todo son cábalas sobre el modo online de RDR2, pero teniendo en cuenta el éxito de GTA Online no cabe duda de que el lejano oeste virtual ofrecido por Rockstar será atractivo y contará con toneladas de contenido. Desde la compañía ni confirman ni desmienten la inclusión de un modo battle royale, la fiebre del momento. ¿Quizá podamos ver a un vaquero haciendo el baile del backpack kid? Yo no lo descartaría.