‘Crisis Core: Final Fantasy VII – Reunion’: Una necesaria (y humilde) revisión
Aún recuerdo, con vibrante emoción, el anuncio de la Compilation of Final Fantasy VII, con la que Square-Enix se dispuso a homenajear y exprimir a partes iguales su particular gallina de los huevos de oro, uno de los videojuegos de rol japonés más queridos y aclamados de la historia: Final Fantasy VII.
A través de una serie de productos multimedia, entre los que se encontraban una espectacular película de animación 3D, una novela y diversos videojuegos, Compilation of Final Fantasy VII expandía, con mayor o menor acierto, el fascinante universo recorrido por Cloud Strife y compañía. Un despliegue del todo espectacular, que fascinó a los fans de la entrega original en los primeros años de los 2000.
No es de extrañar, teniendo en cuenta todo esto, que los fans de la séptima entrega de la franquicia de RPG más famosa del mundo nos sintiésemos unos privilegiados ante tal avalancha de contenidos relacionados. Sin embargo, quizás desilusionado por lo frío que me dejó la película Final Fantasy VII: Advent Children, nunca llegué a acercarme a Crisis Core: Final Fantasy VII cuando me hice con una PSP. El producto más valorado de la Compilation of Final Fantasy VII había quedado relegado para mí al cajón de los eternos pendientes… y para qué engañarnos: cuanto más tiempo pasaba, y cuanto más avanzaba la tecnología del videojuego, más pereza me daba desempolvar mi vieja portátil e introducir el UMD del juego. Cosas que pasan.
Es por este motivo que el anuncio de un remake de Crisis Core me llenó de ilusión. De una vez por todas iba a poder vivir la historia de Zack Fair y recorrer la Midgar previa a los acontecimientos del título original. Además, sentía mucha curiosidad por saber si los cambios introducidos en Final Fantasy VII Remake habían influido de alguna manera en esta revisión llevada a cabo por Square-Enix para consolas de la actual generación.
Re… ¿Qué?
Un videojuego de la talla de Crisis Core: Final Fantasy VII no podía quedarse atrapado para siempre en el catálogo de PSP. Por ello, el anuncio de este remake (o remaster, o como queráis llamarlo) subtitulado «Reunion» no resultó ser una gran sorpresa para nadie, pero sí que suscitó una buena cantidad de preguntas: no en vano, hablamos de un videojuego cuyo argumento depende por completo del Final Fantasy VII original. ¿A qué fan busca convencer Square Enix? ¿Al del título de la primera PlayStation o los que han jugado a Remake y esperan con ansia el lanzamiento de Rebirth?
En Crisis Core: Final Fantasy VII – Reunion, el jugador no encontrará una reimaginación visual, jugable y argumental tal y como vimos en Final Fantasy VII Remake; aunque quizás hubiese tenido más sentido una revisión de este calibre, Square-Enix ha optado por llevar un trabajo más cercano al remaster, con modificaciones sustanciales únicamente en lo relativo a los controles y el sistema de combate. Por lo demás, estamos ante el mismo juego que cautivó a miles de jugadores en la PSP de Sony: un RPG de acción protagonizado por Zack Fair, el descarado Soldado de segunda clase cuya aparición en Final Fantasy VII resultó tan anecdótica como misteriosa y cautivadora. En esta aventura, el jugador podrá ahondar en la vida y personalidad de Zack mientras vive de primera mano interesantes acontecimientos ocurridos en el mundo de Final Fantasy VII tiempo antes de que comience la aventura original de PlayStation. El apartado argumental de Crisis Core: Final Fantasy VII – Reunion no es nada del otro mundo: más bien se trata del perfecto hilo conductor para que el jugador más nostálgico vuelva a recorrer las calles de Midgar, a saber algo más de este universo tan particular y a conocer nuevos detalles de algunos de los personanes más icónicos de Final Fantasy VII, como Yuffie o el mismísimo Sephirot, del que tendremos la oportunidad de ver el lado más humano.
Combates con emoción
Donde Square-Enix ha puesto el ojo a la hora de llevar a Crisis Core al siglo XXI es, sin duda, en su particular sistema de combate. El título original de PSP sorprendió a propios y extraños con un esquema de lucha propio del RPG de acción, con una particularidad nunca vista en la franquicia: el OMD. Al uso de las máquinas tragaperras, el juego nos presenta una triple ruleta con el rostro de diversos personajes relacionados con la historia de Zack Fair. En función de los rostros que vaya mostrando esta ruleta, y sus combinaciones, nuestro protagonista gozará de ventajas de distinto tipo, desde una curación total por parte de Aeris hasta la aparición de las ya míticas invocaciones que tanto juego dieron en Final Fantasy VII. Este novedoso sistema, con un claro componente de aleatoriedad, desató pasiones en su época: muchos fueron los que lo criticaron precisamente por no dar al jugador control suficiente de sus acciones; otros (entre los que me incluyo) supieron ver el dinamismo y juego estratégico que brinda al jugador: durante todos los combates debemos jugar con aquello que nos otorgue el OMD, y así decidir entre usar combates en los que consumir puntos de habilidad, puntos de magia o sencillamente tirar de espada.
Otra de las bondades del sistema OMD es lo ingeniosamente intrincado que está con la parte argumental del juego: las decisiones que tome Zack a lo largo de la aventura, así como su relación con otros personajes, influirá notablemente en el sistema OMD. Se trata de una relación entre historia y combate nunca vista en un Final Fantasy, y desde luego un acierto total para que el jugador tenga en todo momento en cuenta que lo que ocurre durante la partida influirá directamente en el desarrollo de los distintos combates.
Aunque polémico, el sistema OMD resulta lo suficientemente atractivo como para que Square-Enix haya decidido mantenerlo casi intacto de cara a la planificación de Crisis Core: Final Fantasy VII – Reunion. De hecho, el equipo de desarrollo se ha vocado en remozar y actualizar esta forma de combate, con la posibilidad de huir de las batallas, saltar las por momentos tediosas escenas de vídeo y, por supuesto, hacer uso del doble stick de los mandos actuales para mover la cámara (recordemos que PSP contaba con un solo stick… ¡Sigh!)
Hijo de su época
Este lavado de cara al sistema de combate es, por desgracia, la actualización más sustancial que se ha llevado a cabo en el juego. A nivel artístico, Square-Enix ha hecho uso del motor gráfico y los diseños utilizados en Final Fantasy VII: Remake, una decisión lógica, que dota al conjunto de unidad. Sin embargo, seguramente por motivos de presupuesto, han decidido no tocar las múltiples (y fenomenalmente dirigidas) escenas de vídeo: aunque la calidad de las mismas es incuestionable (¿Esto lo movió PSP?) generan en el jugador una sensación de extrañeza, ya que los diseños de los personajes en las escenas originales tomaban como base lo visto en la película Final Fantasy VII: Advent Children. Por lo tanto, quien no haya visto la cinta, descubrirá con confusión que la apariencia de Zack y compañía es ligeramente distinta entre las escenas de vídeo y el propio juego.
En lo más puramente jugable, es evidente que Crisis Core: Final Fantasy VII – Reunion es un producto de su tiempo. Es una pena que Square-Enix no haya puesto toda la carne en el asador a la hora de traernos como es debido la historia de Zack Fair al siglo XXI. La desarrolladora ha trabajado mucho en el sistema de combate, pero existen ciertos elementos que también deberían haber sido remozados. El jugador sufrirá durante las partidas continuas interrupciones con cortísimas e insustanciales secuencias de vídeo que no aportan absolutamente nada, una manera de desarrollar las partidas propia de títulos de hace veinte años, pero que pueden exasperar al más paciente hoy en día. Lo mismo ocurre con el sistema de misiones secundarias: aunque estas resultan muy divertidas por su variedad y dificultad, están tan descolgadas de la trama principal que finalmente el jugador solo acudirá a ellas para lo estrictamente necesario, como conseguir ciertos objetos, materias o invocaciones. Esta forma de plantear las misiones secundarias tiene todo el sentido del mundo en un videojuego para una consola portátil, donde se requieren partidas más cortas, pero debería haberse replanteado para traer un título de esta categoría a los catálogos de 2022.
Crisis Core: Final Fantasy VII – Reunion es todo un caramelo para los fans de Final Fantasy VII, una divertida aventura con la que disfrutar del enorme carisma de Zack Fair mientras recorremos las localizaciones más icónicas de la obra original y conocemos más a fondo a algunos de nuestros personajes favoritos. Un título a caballo entre el remake y el remaster, con el que disfrutarán aquellos que superaron el original de PSP, y que hará las delicias de los que no tuvieron la oportunidad de jugarlo en su época. No obstante, no tengo claro cómo recibirá este título el jugador que solo haya disfrutado de Final Fantasy VII a través de su remake. A fin de cuentas, la revisión de la séptima entrega de la franquicia de rol de Square-Enix incluyó sustanciosos cambios en la historia original, de la que bebe directamente Crisis Core para plantear su argumento. Teniendo en cuenta esto, podría decirse que estamos ante un remake dirigido más a los fans clásicos que a los seguidores de nuevo cuño.
En cualquier caso, una obra muy disfrutable para todos los que amamos Final Fantasy VII en cualquiera de sus formas y queramos seguir recorriendo, una vez más, los sinuosos sectores de Midgar.
Esta crítica ha sido elaborada tras a jugar a la versión de Xbox Series S.