‘Outriders’: nueva lluvia de balas
People Can Fly firma un shooter bastante más divertido de lo esperado, aunque no exento de problemas de lanzamiento.
Outriders, la nueva obra de People Can Fly —que nos trajeron BulletStorm y Gears of War: Judgment— y producida y distribuida por Square Enix, ha levantado suspicacias desde su anuncio. A partes iguales nos ha parecido interesante, genérico, potencialmente divertido y demasiado clónico. Es lo que tienen los juegos como servicio que se aúpan en los géneros de moda. En este caso, el shooter looter, una subcategoría nacida de los shooter en tercera persona que pone el acento en el farmeo y la colaboración online, coqueteando con el RPG. Y claro, a la sombra de juegos como Destiny o The Division, estas propuestas se la juegan a no poder aportar nada nuevo a una fórmula que todos conocemos.
People Can Fly sabe lo que se hace en cuanto a gunplay, y eso es algo que ya desde los primeros trailers se podía apreciar en Outriders. A esto hay que añadirle unos gráficos ciertamente impresionantes y la determinación de aportar un lore y una narrativa que vista el conjunto. No sería justo comparar Outriders con Destiny o The Division —por mencionar mis dos favoritos en este género—, ya que aporta cosas distintas. Incluso aunque beba mucho de estos.
En Outriders creamos nuestro personaje de entre cuatro clases —Pyromancer, Technomancer, Trickster y Devastator— con habilidades propias. En mi caso, juego como Pyromancer. El árbol de habilidades no es muy excelso, pero resulta apropiado para el ritmo frenético de disparos en que se desarrollan las partidas. Una de las primeras cosas que aprenderemos —y uno de los detalles que más me ha gustado del título— es que no existe la curación como tal. No hay una clase enfocada a curar a los demás, y no hay objetos de curación. Para recuperar vida deberemos hacer uso, también, de las habilidades, pero no siendo estas curativas en sí mismas. En la clase Pyromancer, por ejemplo, nos curaremos cada vez que un enemigo que ha sido quemado por una de nuestras habilidades de fuego, muera. Claro, esto le da un plus al hecho de hacer uso de las habilidades, no solo la destrucción en sí misma. Si juntamos esto con la importancia que se da en el diseño de niveles a las coberturas, Outriders adquiere una dimensión estratégica que recuerda a The Division y que se soluciona de manera bastante satisfactoria.
Las oleadas de enemigos son excelsas, y la IA, aunque sin alardes, funciona bien. Nos pondrán las cosas realmente difíciles en ocasiones —y para esto tendremos la posibilidad de variar la dificultad del mundo, afectando a las recompensas que conseguiremos—. Jugar en solitario y una dificultad alta, es casi un suicidio.
Lo que me lleva al principal problema del juego: los servidores.
En los primeros días, era prácticamente imposible jugar. La partida no se iniciaba, o nos echaba del servidor a los pocos minutos de empezar. No hay demasiados bugs una vez que podemos acceder a la partida —y el juego es realmente divertido cuando lo logramos—, pero es frustrante encontrarse con un buen juego, que gusta y que hace muchas cosas bien, y que por un problema de servidores no se deja disfrutar como merece. A día de hoy la cosa ha mejorado, aunque el matchmaking sigue siendo una verdadera tortura y, en la mayoría de casos, no puedo encontrar grupo con que jugar. Esto en Playstation 5, no sé en el resto de plataformas, pero para un videojuego que te obliga a estar conectado en todo momento, que los servidores no funcionen bien es un error gravísimo, algo que ha lastrado la experiencia total del juego.
Y es que Outriders, al margen de estos problemas, está muy bien. Lo estoy disfrutando mucho y su acción es absorbente: hay que planear nuestra ofensiva, pues normalmente lanzarse a lo loco supone la muerte. Gestionar el equipo, las habilidades y las armas es sencillo y funciona con soltura. Los enfrentamientos con los bosses finales acaban cayendo en cierta repetición, pero no lo suficiente como para caer en el tedio.
A nivel narrativo, abusa quizás de conversaciones intrascendentes y demasiados códices y diarios que recoger y leer. Hay formas más interesantes de aportar historia, siendo que además el guion no está mal y algunos diálogos aportan un verdadero carisma. Una Tierra destruida, la humanidad asentándose en un planeta hostil y los Outriders, reductos de un pasado lejano, enfrentados a las Mutaciones, seres poderosos con complejo de dioses. Los escenarios, la ambientación y el diseño artístico es notable, y su desempeño en Playstation 5 es sobresaliente. Funciona con soltura, gráficamente es bastante impactante y el motor gráfico rinde incluso cuando la pantalla está llena de elementos en movimiento.
Algunas decisiones, eso si, son cuestionables. Los escenarios son muy llamativos, por lo que es una pena que se nos llene la pantalla de elementos que no permiten disfrutarlos: marcadores, avisos, estadísticas,… Cosas que terminan apabullando un tanto al jugador. Outriders llega doblado al castellano con un doblaje excelente, aunque en general su apartado sonoro y banda sonora no son especialmente destacables. Del mismo modo, el backtracking no está tan fomentado como se debería. Las misiones secundarias se desarrollan en escenarios alternativos, desviándonos del camino principal y haciéndonos explorar otras zonas. Aunque estas suelen limitarse a recuperar un objeto o abatir a un enemigo concreto. Más allá de la recompensa inmediata —que podremos elegir de entre varias—, no aportan demasiado.
La duración del juego puede alargarse decenas de horas, según cada uno. La posibilidad de cambiar la dificultad del mundo pondrá las cosas verdaderamente difíciles para los que gusten de retos, y también habrá una buena cantidad de misiones secundarias y coleccionables para los más completistas. Estas aportarán experiencia, pero también nuevas armas, armaduras o materiales de creación con los que podremos diseñar el conjunto ofensivo y defensivo de nuestro personaje.
Para reconducir, Outriders es un juego que me ha sorprendido. Si hubiera tenido el respaldo de un buen soporte a los servidores lo hubiera gozado mucho más. No me aventuro a sugerir la vida que pueda tener este lanzamiento —dependerá por completo de su comunidad—, pero sí que puedo aventurar que la mayoría de jugadores se sorprenderán gratamente. Resulta trepidante, divertido, satisfactorio y adictivo. Pero le queda un importante recorrido en cuanto a soporte para que explote su potencial. No va a superar a los grandes en el género, pero aporta mucho más que la mayoría. Tiene una personalidad propia y se nota que se ha trabajado. Dejando a un lado los prejuicios —y haciendo poco caso a los trailers— acercaos a Outriders los que gustéis de la acción desenfrenada que coquetea con Doom y se codea con los lanzamiento más cotizados de la temporada. Se puede disfrutar en consolas de última generación, de anterior y PCs. El rendimiento en Playstation 5, salvo por los problemas de conexión, es muy bueno. Jugadores adictos a la adrenalina, acercaos sin miedo a Outriders; salvad algunos escollos menores y dejaos llevar por su mundo de ciencia ficción.