Mob Psycho 100: La complejidad de las relaciones interpersonales
Entre los medios que el ser humano emplea para expresarse, tendríamos que destacar al cine, la literatura o la música como los más relevantes. Debemos incluir también a los videojuegos, que con los años han conseguido dejar de lado la lacra de ser juzgados como “entretenimiento”, para considerarse un producto cultural a la misma altura del resto, capaz de transmitir lo mismo o incluso más. Pero hoy vamos a hablar de anime, una industria también estigmatizada en occidente por su peculiar formato. En concreto: Mob Psycho 100.
Mob Psycho 100 es obra de ONE, creador también de la exitosa One Punch Man. Recientemente, la segunda temporada de Mob Psycho 100 ha llegado a su fin y el manga original también ha terminado, por lo que será difícil que volvamos a ver a Shigeo, el protagonista, en un futuro cercano. Que ambos universos pertenezcan al mismo autor las empareja irremediablemente. Sobre todo, porque las dos series poseen un elemento común muy destacable: el protagonista es el más fuerte de todos. Así es como ONE juega con el concepto de “héroe”. En los mangas tipo shōnen (dedicados a jóvenes adolescentes), estamos acostumbrados a una progresión de personajes en cuanto a poder se refiere: One Piece, Dragon Ball, Naruto, My Hero Academia… En todos, el protagonista tiene que ir ascendiendo en una escala de poder. No podemos considerar a Mob Psycho 100 un shōnen, pero podemos realizar cierta comparación con los personajes de estas obras. Es comprensible que haya autores que busquen revisar la idea de “héroe”, darle un par de vueltas a cómo podríamos hacer material fresco y que no tengamos la sensación de ver la misma serie, pero con otra ambientación. Tener como protagonista a alguien que supera con creces el poder de todos los demás personajes es una apuesta arriesgada: ¿dónde ponemos el foco del argumento ahora? Los combates no van a necesitar tensión puesto que sabemos quién ganaría sin excesivo esfuerzo. Pero esto nos va a permitir centrarnos en otras cosas.
En Mob Psycho 100 existen los psíquicos, una especie de exorcistas que se dedican a acallar a los espíritus. Estos viven sin mostrar sus poderes en público, o, al menos, no de forma abierta. Shigeo (o Mob, como lo conocen algunos amigos), es el psíquico más fuerte que existe. Y, sin embargo, no es una persona agresiva. Más bien se muestra reacio a usar sus poderes. Es un chico de instituto con problemas para socializar, para conectar con otras personas y hacer amigos. Y sus poderes no van a facilitar nada de ello. Esto va sobre el desarrollo personal de Mob, no de cómo se hace más fuerte. De hecho, es derrotado y vapuleado en varias ocasiones, porque no saca todo su potencial y se encuentra constantemente a la defensiva. En cualquier otro anime, probablemente veríamos un combate progresivo, en el que ambos personajes se debilitan hasta que uno gana. En Mob Psycho 100, se trata más bien de una muestra de las habilidades del enemigo, hasta que Mob actúe finalmente y todo termine en segundos. Pero la forma de actuar de Shigeo sirve de inspiración para otros personajes, que van a alcanzar sus metas motivados por las palabras o las acciones de nuestro protagonista. Mob Psycho 100 va sobre las relaciones interpersonales y los sentimientos. De ahí que sea tan destacable. En una serie con personajes capaces de arrasar edificios enteros, lo importante es lo que pasa en sus cabezas. Esto puede observarse en Reigen, uno de los principales personajes y el jefe de Mob, que no tiene poderes. A pesar de ello, posee una agencia de psíquicos y emplea a Shigeo para realizar los exorcismos que él mismo no puede realizar. Es curioso como un personaje sin poderes es clave en el comportamiento del resto y es uno de los que más destaca.
¿Cómo nos sentimos… las personas? No son pocas las obras que han intentado reflexionar sobre las emociones humanas. Sin embargo, ese aspecto sensorial, casi siempre, se presenta como un complemento al argumento. Creo que ese es el principal motivo por el que escasas obras alcanzan unos niveles de empatía realmente relevantes. Por norma general, siempre nos cae mejor un personaje u otro, nos cuentan por encima cómo se siente con respecto a algo, pero poco más. Todo gira en torno a la acción, a lo que va a suceder durante los minutos que estemos en pantalla. Con la literatura es más común encontrar una buena introspección que despedace los sentimientos de un personaje para que podamos entender sus pensamientos. Pero en lo que a medios audiovisuales se refiere, nos cuesta llegar a “sentir” a un personaje. Sin embargo, el anime posee una narrativa especial, que le permite ahondar en los pensamientos de los individuos sin que quede forzado, como puede hacerse en la literatura. ONE entiende esto. Y, dado que su obra gira en torno a las relaciones interpersonales, sabe que puede hacer maravillas. Pocas veces he encontrado un personaje cuyos sentimientos importen tanto como los de Mob. Cómo se siente Shigeo es el mecanismo que mueve toda la narrativa al completo. Por ello, Mob Psycho 100 se presenta como una obra capaz de profundizar enormemente en los pensamientos del protagonista (y de varios secundarios), hasta tal punto que la acción queda en un segundo plano, puesto que la socialización entre los personajes es el engranaje principal.
La empatía es uno de los mayores retos de la humanidad. Seamos sinceros: nos cuesta entender los sentimientos de los demás a la perfección. Si no fuera así, quizá no habría tanta colisión de ideas. Por eso, que Mob Psycho 100 consiga funcionar basándose en que nosotros, los espectadores, comprendamos lo que sienten los personajes que aparecen, es algo digno de admiración. Mob tiene dificultades para sentirse socialmente aceptado, para entender cómo la gente actúa de una forma u otra. Y, de nuevo, a pesar de tener poderes sobrenaturales, estos no sirven en absoluto para solucionar nada de eso. Al final, él es el que tendrá que crecer como persona, rodeándose de los que considere amigos y entendiendo qué debe hacer para superarse a sí mismo a nivel emocional. No podemos emplear atajos para conseguirlo.